Capítulo 1 Despertar

1533 Words
Abro los ojos y solo puedo visualizar una habitación blanca, aparatos sonando y agujas atravesando mi antebrazo, la mirada del doctor es profunda y totalmente inexpresivo, tiene en las manos su tabla de diagnóstico, donde anota la hora y algunos garabatos más que no logro descifrar, ¿Porque será que su escritura es demasiado difícil de entender?, Intento moverme de la cama, pero unas manos cálidas me lo impiden, no había notado a esa otra persona que está a mi lado derecho, lo miro y solo puedo pensar en lo apuesto que es. - Dalia tranquila quédate quieta, ¡Por fin despertaste! temía no volver a verme en tus ojos, ¿cómo te sientes? ¡Ya todo termino amor! Por ahora todo está bien. Escucho abrirse la puerta y logro verlo, entra corriendo y se detiene frente a los pies de mi cama, ha dado un pequeño estirón es más alto de lo que recuerdo, sus ojos son similares a los míos solo que más grandes y con tonos verdes, su cabello rizado ha crecido, ahora luce unos lindos rulos definidos, se parece tanto a él, verlos aquí me da la seguridad de que todo está bien, que comenzaremos de nuevo. Tres meses atrás 6:02 am. - ¡Buenos días dormilón! ¡es hora de levantarse - trato de despertarlo con movimientos leves, pero Gabriel es demasiado perezoso - Anda mi amor ya es hora de ir a la escuela! Levántate y alistarte por favor. - Todas las mañanas es lo mismo, aún no logro que se despierte a tiempo, salgo de su habitación y me dirijo al baño, donde lo veo peinarse frente al espejo, a ese hombre alto y guapo, cabello rizado, que siempre está corto, porque los rizos, según él lo hacen ver bobo, su estatura lo hace ver, a mis ojos, "perfecto", es en cada abrazo mirar al cielo mi 1.62 metros comparado a su 1.85 hacen una gran diferencia y la mayor felicidad que existe. Ese traje n***o es el atuendo perfecto para verlo sexy, y valla que ese trasero firme le sienta bien. -Seguirás viéndome así? - lo noto mirarme atreves del espejo, santo infierno, me derrite su mirada. - Lo haría todo el día galán, pero lamentablemente tenemos que trabajar, ya está listo el desayuno no tardes. - Bajo las escaleras y terminó la lonchera de Gabriel, tiene 7 años y la primaria es un reto que logra día a día, lo veo salir de la cocina con jugo de arándanos en las manos, poniéndolo en la mesa, y sentándose para desayunar, ya con su uniforme y bien peinado. Emmanuel baja totalmente listo, yo al ser la primera en despertar ya estoy arreglada, el uniforme azul del hospital con mis cómodos zapatos blancos, y todo queda perfecto con mi bata de dinosaurios sobre la silla del comedor, llevo trabajando en el hospital infantil, ya casi 10 años, ser pediatra fue una de las mejores decisiones de mi vida. Terminamos el desayuno y salimos los tres deprisa subimos al auto y nos dirigimos a la escuela. Dejamos a Gabriel en la entrada y lo vemos irse muy feliz, subimos de nuevo y Emmanuel se estaciona frente a la clínica. -Amor, hoy saldré una hora más tarde, tenemos la reunión con un nuevo cliente, al parecer es alguien importante y quiere solucionar una demanda en su contra, estaré con Ian y Danilo, pero si hay cambios te aviso. - la expresión en su rostro había cambiado, era de preocupación y algo de miedo. - Esta todo bien? - trate de sonar lo más tranquila que podía; -Si, no debes preocuparte, es un cliente nuevo y recomendado, al parecer lo acusan de lavado de dinero y siendo Danilo el especialista en fraudes fiscales llevará el caso, y quiere que le apoyemos, - - jaja, y con esa información no quieres que me preocupé, pero está bien, eres bueno en todo. - aún con esto su rostro seguía siendo tenso. Baje del auto, no sin antes darle un beso algo acalorado de despedida, pero la sensación que dejó fue de angustia. El día transcurrió normal, emergencias leves, niños con algo de fiebre, altas firmadas, consultas sin gravedad. Mi hora de descanso se acomodaba perfecto para ir a la escuela y recoger a mi hijo, después regresábamos a la clínica, comíamos juntos y lo dejaba en la guardería las últimas 4 horas de mi trabajo, él decía que la guardería era para bebés, pero me parecía una forma más segura tenerlo tan cerca. 20:45 Llegamos a casa, Gabriel subió a ducharse y yo preparaba la cena, aún Emmanuel no llegaba, ni tuve noticias de el en todo el día, le había mandado mensajes, pero jamás los contesto. Servi la cena, y comimos entrados en un debate de quién es el mejor superhéroe, al parecer Gabriel tiene buenos argumentos, y no logro ganarle, terminamos de cenar, en lo que acomodaba las cosas para el día siguiente, se preparó para ir a dormir, lo acompañe a su recámara, recostado en su cama seguía hablando de porque los poderes de volar eran los mejores, quedándose dormido en segundos. 22:40 pm Baje a la sala a esperar a Emmanuel y cuando justo estaba por marcarle, entra la llamada de Estrella, la esposa de Danilo. -Hola Dalia, disculpa la hora, espero no despertarte, estoy algo preocupada no logro comunicarme con Dan, y en la oficina tampoco contesta, ¿sabes algo de ellos? - mi angustia se elevó a los cielos, algo estaba mal. -Hola hermosa, también estoy preocupada, Manu tampoco contesta mis mensajes, estaba por llamarlo, ¿Tienes alguna información sobre el cliente al que citaron hoy? - -Se que Dan, lo conoció hace poco más de dos años, es el dueño de una empresa de paquetería y transportes, y se frecuentaban seguido en el club de golf, hace una semana le pidió asesoría legal, ya que recibió una acusación de lavado de dinero, pero no sé nada más, - pero su voz me decía lo contrario- aunque al parecer tienen tratos con gente de mala fama, gente que no es buena, Dalia tengo miedo, algo no está bien. -No, no está bien, ¿cómo pudo Dan involucrarse con alguien así?, Y peor aún, poner en riesgo a Ian y a mi Emmanuel, Estrella trata de localizar a Dulce, ella debe de estar peor de preocupada que nosotros su embarazo esta avanzado, no queremos que se ponga mal, ¿puedes hacer eso? - estaba muy enojada y a la vez muerta de miedo- Pero hazlo con tranquilidad, yo tratare de comunicarme con alguno de los tres. -Si está bien- me respondió casi llorando- Yo sé que Dan hizo mal, pero jamás fue su intención, fue una casualidad desafortunada- mi mente no podía disculparlos, ahora teníamos cosas más importantes en que pensar. Nos despedimos y empecé con las llamadas, a mi Emanuel, dos... Tres... Cuatro timbradas y nada. Al celular de Ian, primer timbrado y directo a buzón. A Dan, dos... Tres... Se corta la llamada, esto no estaba bien algo había pasado. Ya eran casi las doce de la noche y nada, ya estaban en camino rumbo a mi casa Dulce y Estrella, la angustia nos estaba matando y decidimos que era mejor estar las tres en un mismo lugar, nos habíamos convertido en amigas por ser nuestros esposos amigos desde la infancia, nos llevábamos bien, éramos muy cercanas. Tocaron a la puerta, entraron con sumo cuidado pues traían a los niños dormidos, estrella era mamá de gemelos extremadamente traviesos e imperativos, pero nada groseros y Dulce esperaba a su primer bebé, era muy tranquila, pero de un carácter de mecha corta, y espíritu aventurero. Estuvimos horas intentando comunicarnos con ellos, pero fue imposible, no habíamos dormido nada, pero hubo un timbrado que nos espantó todo atisbo de sueño. El teléfono de Estrella sonó, era el número de Dan, al contestar y no articular palabra alguna, su rostro se tornó transparente, no veíamos que respirara estuvo así escasos minutos y colgó... Su mano sobre el pecho con el celular apretado fue una señal de alerta. -Estrella? Habla mujer que pasa- dijo Dulce con sus manos sobre su vientre, y el rostro rojo de las mil emociones que tenía. -Estrella por Dios reacciona! - le grité moviendo sus hombros, estaba en shock, no podía decir nada, hasta que por el llanto de su hijo regreso su cordura. -Dijeron que... Que no habían muerto... Que estaban bien, pero en peligro... Que se equivocaron y que salió mal... - Que salió mal? ¡De qué hablas! - volví a preguntar tratando de cargar al bebé llorón. - ¿Era Dan, dijo que no debió ayudarlo, pero no había marcha atrás, que se los estaban llevando, pero no sabía a donde y qué nos cuidemos una a la otra... - santo infierno, que es lo que estaba pasando en qué momento ahora estaban en peligro? Y porque se los llevaron. En silencio tratábamos de asimilar todo esto, ¿porque a ellos? ¿Porque llevárselos? Quienes eran y a donde iban. Mirándonos sin saber que decir, las lágrimas rodaron por nuestras mejillas, esto no podía pasar, no ahora. no a nosotros.
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