-¿Spirito?- La voz de la profesora Andrews me despierta de mi ensoñamiento, dejándome algo atontada.
- ¿Si?- Pregunto dirigiendo mi mirada hacia ella, quitándole importancia a todos los pares de ojos que me observaban con diversión en la clase.
- ¿Puede decirme cuál es la lección que acabo de explicar? - Su voz denota el desagrado que tiene hacia mí. Si... Tal vez no debí haberla insultado borracha. En mi defensa, no recuerdo nada de lo ocurrido. Pero, conociéndola, seguramente se lo merecía.
-No- Respondo al instante, provocando la risa de los demás presentes, y una mueca de desagrado por parte de la anciana.
- ¡¿Cómo dice, Spirito?!- Chilla con indignación.
-Que no, no puedo hacerlo- Digo encogiéndome de hombros.
- ¿Y se puede saber por qué? - Interroga cruzándose de brazos.
-Básicamente porque no la escuché- Contesto obvia, haciendo que su rostro se comprima en una graciosa mueca, de la cual se podría hacer un buen meme.
-Niña grosera, debes aprender a cerrar tú boca cuando...- El sonido de la puerta la interrumpió, dejándola a mitad de una comprometedora frase.
- ¿Hay algún problema, profesora? - Pregunta la rectora, entrando en el aula.
-Sólo una alumna bastante irrespetuosa- Responde observándome con rabia.
- ¿Irrespetuosa, yo? Usted acaba de llamarme grosera y me ha mandado a cerrar la boca- Replico seria, desde mi asiento, llevándome una mirada de sorpresa de parte de la rectora.
- ¿Cómo dice señorita...
-Spirito, Mia Spirito
-...Spirito?
-Eso, que me mandó a cerrar la boca y me llamó grosera- Repito observando al fósil andante, que se hace llamar profesora.
- ¿Eso es verdad? - Pregunta observando a Andrews.
-Yo... Eh... Si, pero ella me respondió con altanería- Repone observando a su superior, con temor y rabia, hacia mi persona.
-Esto es intolerable, señorita Andrews- Dice firme, caminando en su dirección- Aquí tratamos a los alumnos con paciencia y respeto, la agresión solo trae más agresión- La reprende.
-Pero...
-Pero nada, la quiero a usted y a la señorita Spirito en mi despacho al terminar la clase- Agrega observándonos. Ambas asentimos, pero antes de que se vaya, recuerdo que tengo que visitar a la doctora Sanders en media hora, así que me acerco a la rectora.
- ¿Tiene que ser después de clase? Es que tengo que ir al hospital a hacerme un chequeo- Murmuro, para que el fósil no pueda escucharme.
-Supongo que puede esperar un poco más- Dice cediendo, a lo que sonrío- Pero debes traerme una confirmación del doctor- Asiento por última vez, antes de que se marche.
Esta mañana sí que iba a ser jodida.
Narra Liam
- ¡Levanta tu trasero y vámonos! - Grita Nick desde el baño.
-Un minuto más...- Murmuro volviéndome hacia la almohada.
-Ya perdimos tres clases, si te levantas al menos llegaremos a historia del arte- Agrega saliendo del baño.
Espera... ¿Perdimos tres clases?
- ¿Dónde está Mia? - Pregunto incorporándome.
-No ha venido, esa es la razón por la que perdimos tres clases- Responde sentándose en su cama para ponerse sus zapatillas.
¿M no vino? Espero que no esté enfadada por algo, porque es más difícil ablandarla si no sé qué hecho para que se enfade.
Pero a pesar de estar enfadada, ella venía a despertarnos. Si no lo hacía, perdíamos casi todas las clases del día. ¿Y si le pasó algo...?
Dios, parezco una colegiala a la que se le perdió su novio. Seguramente ella se durmió, o tal vez tuvo que hacer algo. Lo mejor que puedo hacer ahora es ir a clase y llamarla para ver como está.
- ¿Te vas a mover o no? Porque si no lo haces iré yo solo- Repone Nick levantándose.
-Si, solo espérame un minuto- Con toda mi fuerza de voluntad me levanté de la cama y fui a ducharme.
Quería quedarme en la ducha pensando, porque esa es mi parte favorita de la ducha, eso y cantar canciones antiguas; pero tenía que apresurarme si quería llegar a clase. Aunque debo admitir que me costó encontrar una camiseta, de verdad, M debía dejar de robarme ropa, ya no tengo para vestirme.
-Si no estás listo todavía, pienso irme igual- Dice Nick saliendo de la habitación.
- ¡Lo estoy, espérame! - Grito saltando para ponerme el otro converse, para después salir detrás de él. Pero por desgracia, mucha desgracia, alguien interpone en mi camino.
-Liam...- Ronronea la castaña, lanzándose sobre mí.
-Keira... Ya hablamos de esto, de verdad, tengo prisa- Bufo quitando sus brazos de mí.
- ¿Qué hablamos exactamente? - Pregunta para molestar.
-Que yo tengo novia y que tú estás loca, básicamente- Contesto caminando por la dirección en la que se fue Nick, pero al parecer, el destino me odia, porque Keira me sigue en el camino.
-En la fiesta pasada no parecías creer lo mismo- Sonríe pasando su brazo por detrás de mis hombros.
-De hecho, era exactamente igual- Digo quitando su brazo de mi- Te dije que tenía novia y que te alejaras- Le recuerdo tomando mi móvil.
-No entiendo que le ves a esa niña- Dice viendo mi fondo de pantalla, era una foto que nos había hecho All, en la playa, yo había tomado a M por la espalda, sorprendiéndola. Fue un gran día...
-Creo que todo el mundo puede verlo, es hermosa- Replico con franqueza- Y a eso hay que agregarle su forma de ser, si... Todo el mundo lo puede ver, además, solo tiene un año menos que tú- Agrego alejándome.
- ¡Volverás conmigo en menos de una semana! - Grita a medida que me alejo.
De verdad está loca. Había salido con ella hace unos años, antes de que yo repitiera de curso y ella entrara en la universidad; pero nunca fue nada serio.
Volví a centrar mis ojos en el móvil, abrí el chat de M, necesitaba ver si estaba bien. Mas allá de cualquier paranoia, tenía un mal presentimiento y necesitaba saber que todo iba bien.
Yo: Está todo bien preciosa??
Yo: Se me hizo raro que no vinieses a despertarnos
Mia: Si, está todo bien
Mia: Sólo lo olvidé
Yo: Bueno, nos vemos después de clase?
Mia: No puedo:( pero esta noche voy a tu habitación♥
Yo: Está bien, nos vemos después♥
Si... Eso no me dejó más tranquilo, todo lo contrario.
Es extraño, porque Mia es una persona que siempre dice las cosas sin miedo, de frente. Y que no lo haga, solo hacía que ese mal presentimiento creciera.
Volví a mirar mi móvil y entré a mis contactos, si ella no hablaba, alguien más debía hacerlo. Llevaba varios días actuando extraño, más específicamente, desde el día después de la fiesta. Cada vez que le preguntaba sobre eso, lo único que respondía era que no ocurría nada, solo estaba cansada.
Pero, ¿Mia cansada de la fiesta y el alcohol?
Si, algo pasaba, definitivamente.
- ¿Si?- Responde a través del móvil.
-All, necesito que me digas donde está Mia- Digo enseguida, acercándome a uno de los bancos del campus. A la mierda con historia del arte.
-Eh... No- Repone, haciendo que yo ruede los ojos.
- ¿Por qué no? - Pregunto irritado.
-Porque le hablarás o irás con ella, necesita estar sola y tranquila- Replica.
-Por favor, hermanita- Digo usando el tono de niño bueno, siempre cae con eso.
-Liam...
-Sólo quiero saber si está bien, no la molestaré, tengo clase en cinco minutos- Miento.
-Tuvo que ir a hacerse un chequeo médico- Bufa.
- ¿Está bien? - Pregunto al instante.
-Si, es solo un chequeo, todo está bien- Responde- Tranquilo, no es nada de vida o muerte- Agrega tranquilizándome.
-Está bien, gracias All.
-Liam, no vayas al...- Le corte antes de que pudiese terminar.
Necesitaba saber que ocurría, porque todos se comportaban extraño.
Narra Mia
- ¿Entonces con esto sabré si lo estoy o no? - Pregunto por cuarta vez, observando al doctor.
Al parecer, la doctora Sanders había salido de la ciudad, justo en este momento. Si, la estoy odiando. Al menos, el viejo doctor Mikaelson parecía buena persona, teniendo en cuenta que le hice las mismas preguntas una y otra vez, aunque la más recurrente era que si era pariente de Klaus Mikaelson. Después de la quinta vez que se lo pregunté, me dejo muy claro que no lo era.
-Ajá- Asiente clavando la aguja en el brazo- Los resultados estarán en dos días, esto será más exacto y efectivo que un test normal- Agrega.
- ¿Está realmente seguro de que no conoce a Klaus? - Pregunto otra vez, haciendo que ruede los ojos- Es que parece tener muchos años y está sacándome sangre, yo a eso lo veo sospechoso- Repongo observándolo.
-Te estoy sacando sangre para hacer el análisis, y, sobre mi edad, tengo cuarenta y cinco- Replica quitándome la aguja y poniéndome un algodón ahí.
- ¡¿Qué?!- Chillo- ¡¿Tiene cuarenta y cinco?! Dios, parece de sesenta- Digo abriendo mis ojos, sorprendida, haciendo que ría.
-Bueno, al menos eres sincera- Ríe encogiéndose de hombros.
-Algo es algo- Sonrío, bajándome de la camilla.
-Bueno, señorita Spiri...
-Dime Mia- Interrumpo.
-Bueno, Mia- Sonríe- Tendrás los resultados para este viernes en la mañana- Dice acompañándome hasta la puerta.
-Okay, gracias doctor- Digo una vez afuera del consultorio, pero antes de irme, su voz hace que me detenga.
-Y, Mia- Me giro hacia él.
- ¿Sí?
-Si los resultados dicen que si estas embarazada, cuida del bebé, y si los resultados dan negativo, cuídate siempre, estas cosas pasan demasiado últimamente- Repone con seriedad, pero, aun así, sonaba amable.
-Lo haré- Asiento y, una vez que él vuelve a entrar al consultorio, me giro para irme.
Mierda. Liam estaba ahí, observándome seriamente, con decepción.
-Liam... ¿Qué haces aquí? - Digo, aún con esperanza de que no oyera nada.
- ¿Por qué no me lo dijiste? - Pregunta serio.
-No es nada seguro, todavía no lo sé, no quería preocuparte- Intento tomar su mano, pero él solo la aparta.
-Y tú te preocupaste por los dos- Replica- No entiendo porque no me lo dijiste cuando lo sospechaste, sabes que te acompañaría en todo- Dice dolido.
-Solo fue eso, no quería que te preocuparas sin razón- Repongo observándolo- No puedes enfadarte por eso...
-De hecho, si puedo- Interrumpe- Pero no es solo eso, se supone que estamos juntos, Mia- Dice con seriedad- Y si llegaras a estar embarazada me hubiese gustado saberlo desde el principio, porque no tú no te embarazaste sola- Agrega observándome- Yo de verdad creí que estábamos juntos, pero al parecer, tú no pensaste lo mismo- Repone.
-Sabes que no es así, Liam...
-No soy un tipo cualquiera con el cual te acostaste, Mia- Interrumpe de nuevo- Soy tu novio, y me gustaría que me tratases y confiaras en mi como tal- Finaliza, esperando a que yo diga algo.
-Lo hago, de verdad lo hago- Contesto al instante.
-Pues no parece- Replica- Vendré contigo el viernes a buscar los resultados, pero eso no cambia nada, jamás te dejaría que vinieses sola, pero ahora debo irme a mi última clase- Dice alejándose, al tiempo que mi corazón se comprime.
Es increíble como una persona puede hacerte sentir que estas en el cielo y, en solo un instante, llevarte al infierno, con unas simples palabras.