—Tranquila, conejita, ya destrozaste otro pañuelo —señala hacia mi regazo, estamos por llegar a casa de su hermano Will, mi cuñado y estoy con los nervios de punta, en primera, porque es mi primera vez en Nueva Orleans y es hermoso, en segunda, porque conoceré a su familia y quiero caerles bien. Pat usó uno de sus trucos para aparecernos en la cochera de su casa, no nos dio tiempo para dar un recorrido, ya es la hora del almuerzo, sin embargo, prometió que me mostraría cada parte de esta al volver de casa de mi cuñado. —Entiende que estoy nerviosa. —Cariño, no necesitas hacer nada especial, eres perfecta para mí, no vas a toparte con una suegra entrometida ni nada por el estilo, literalmente no tengo madre —dice tomando mi mano mientras conduce con la otra, suspiro. —Está bien, pero no

