—¿Todo bien? —pregunta Patrick en voz ronca, asiento ligeramente, pero esa mirada intensa me pide a gritos una explicación.
—Lo siento, no quise incomodar, sufro de hipertensión —miento—. En ocasiones tengo un zumbido de oídos terrible, así que necesitaba despejarme y tomar mi medicamento —mentira tras mentira Thorn, te crecerá la nariz como a pinocho.
—¿Sabes? —interviene el otro tipo, giro mi cabeza hasta ver sus ojos verdes amigables—. Tengo un hermano médico, quizás pueda ayudarte con ese problema —da un guiño, correspondo con una sonrisa.
—¿En donde está su consultorio? —pregunto interesada.
—Nueva Orleans —responde, suelto una pesada respiración.
—Muy lejos para mí, no estoy como para tomar vacaciones a Nueva Orleans —señalo y veo sus ojos centellando, trato de restarle importan
