—Tu cama es más cómoda que la mía —señalo jugando con los botones de su camisa, su mano toma la mía y la lleva a sus labios para besar mi muñeca. —Me alegra que sea de tu agrado, la verdad soy pésimo eligiendo muebles, pero al verte dormir tan cómoda la otra noche, creo que hice una buena elección —explica con una sonrisa en su rostro, le correspondo y llevo mi nariz a la curva de su cuello inhalando su embriagador aroma, esa loción cara y agradable que me encanta. —Me haces cosquillas, Eris. —¿Ah sí? —pregunto divertida y continúo rozando la piel sensible de su cuello con mí nariz, suelta un jadeo y me muerdo el labio, algo en mí adora provocarlo. —No juegues con fuego, Eris Thorn. —Guapetón, creo que ambos nos estamos incendiando —musito en su oído, sus manos van a mi cintura y se c

