—¡Wow! Luces increíble, Eris. Patrick me mira de arriba abajo tomándose su tiempo al recorrer mis piernas, noto que se muerde el labio y siento como mi intimidad se contrae, mi cuerpo reacciona a este desconocido cómo si fuera lo más anhelado. Va enfundado en unos vaqueros ajustados, camisa blanca con los primeros botones desabrochados dejando ver un poco de vello ensortijado sobre su pecho, zapatos bien lustrados de diseñador a juego con su cinturón, ¡Carajo! Tiene pinta de esos mafiosos sexys de películas, pero creo que él opacaría a cualquiera de esos tipos, su porte es único, quisiera tener la mitad de la seguridad que él posee al moverse, es imponente. Abre la puerta del lado del copiloto de un lindo auto pretensioso invitándome a abordar, si no me equivoco, un Mercedes Benz. —Gr

