Capítulo 2

1262 Words
- Escuché que el hijo del señor Altamirano va a venir en una semana para tomar el control de todo. - Yo escuché que no quiere saber nada del negocio familiar. - Pues claro, él tiene su propio imperio. Dejó a su familia cuando cumplió la mayoria de edad para fundar su propia empresa. - Yo digo que debemos darnos prisa. La señorita Vivian necesita los muestrarios de tela. - Ya habló la jefa. Dense prisa o nos iremos tarde- comenta Damaris con diversión. Jade y Brenda asienten sonriendo y regresan a sus lugares. El resto de la tarde nos la pasamos entre risas y trabajo. Una semana a pasado desde que fue dado de alta mi jefe luego de permanecer dos semanas en el hospital porque su presión no se estabilizaba. La nueva colección de primaria-verano para dama está lista pero a la señorita Vivian no le convence una de las telas elegidas. Salimos de trabajar algo tarde pero veo el auto de Logan en la entrada. Sonrío y corro hasta él quien se baja en cuanto me ve. - No dijiste que vendrías. - Tengo antojo de hamburguesas- encoge los hombros al responder. - Ayer era el helado y hace dos días las albóndigas con arroz, sin contar con el pastel de fresa que casi te acabas solo. No estas embarazado o ¿si? - No lo sé, tu dime- responde y alborota mi cabello. - Ya entendí, vamos por tu hamburguesa. Nos montamos a su Audi n***o y conduce hasta un pequeño local. Entramos y pedimos dos hamburguesas con extra queso y dos malteadas de chocolate. - ¿Sabés quien me habló hoy? - ¿Tu padre? - ¡Ja! Tendría que estar loco para hacer eso. - Entonces quién te habló- di una mordida a mi deliciosa hamburguesa. - Un viejo amigo. En dos días llegará de New York y quiero que lo conozcas. - Nunca me has dicho su nombre. Y tampoco de donde lo conoces. - Te lo diré en dos días- ruedo los ojos ante su comentario. - Vamos que esta noche es tu turno de consentir a este pobre hombre- ladea una sonrisa pícara. Suelto una carcajada antes de asentir con la cabeza. Paga la cuenta y salimos del pequeño lugar. Llegamos al departamento y me dispongo a consentir, mimar y complacer a Logan. - Ya no puedo, mañana podemos seguir pero esta noche déjame descansar. - Pero si apenas vamos por la tercer ronda. - En la primera te dormiste. - Isabella, era una película de romance. Sabes que esas me dan sueño. - Ya deja de molestar y llévame a mi cama- niega con diversión y deja escapar un suspiro con dramatismo. *************************** ************ - Isabella. Necesito que revises estos documentos antes de la junta. - Si señor, ahora lo hago- leo hoja por hoja el documento que el señor Gerardo me entregó. En una hora llegará el hijo de mi jefe y a pedido una junta con los socios y los encargados de cada área. En total, a pasado un mes desde que mi jefe está ausente. Todos hemos trabajado arduamente para que nada salga mal. Están a una semana del lanzamiento y no puede haber errores. - Todo está en orden. Ya pedí las copias y que las dejaran en la sala de juntas. - Te lo agradezco. Estoy algo despistado estoy días, la llegada de Altamirano me tiene...- alza las manos con dramatismo. - Todos están en las misma. Pero tranquilo, la colección es un hecho. - Eso espero, ahora vamos que solo faltan 10 minutos para que inicie la junta. - Pero yo... - ¡¿Qué?! Eres la asistente del jefe y tengo entendido que seguirá siendo así- dice agarrando su carpeta para salir. Abre y me anima a seguirlo. Agarro mi tablet y nos dirigimos hasta la sala. Ya todos están aquí y solo esperamos al famoso hijo del jefe. Observo el reloj y justo a la hora en punto la puerta es abierta. Veo que entra un hombre de unos 30 años con traje oscuro y lentes, es alto y moreno claro, con cara de pocos amigos y justo detrás de él viene un hombre mas o menos de la misma edad pero este es más alto, viste un impecable traje color gris con camisa blanca y corbata. ¡Por la santísima virgen de la papaya! ¡¿Qué clase de hombre es este?! Observa a todos y cuando llega a mí sostengo su penetrante mirada, arquea levemente una ceja y continua caminando con tanta elegancia pero a la vez varonil, llega a la silla principal y se sienta de forma erguida. - Gracias por estar aquí, seré breve. Mi nombre es Christian Altamirano, hijo de Fernando Altamirano. Sé que saben de la condición de mi padre, así que... estaré a cargo por un tiempo-. Por primera vez, no presto mucha atención y esto no es bueno. 'Vamos Isabella, concéntrate' 'Pero es que el hombre es guapo' contraataco a mi conciencia. Luego de mostrarle el trabajo por área y los números de las finanzas él se muestra complacido porque solo asiente pero sin mostrar emoción en su rostro. Da algunas notas si es necesario. Está con el ceño ligereza fruncido mientras presta atención. Luego de un rato siento un golpecito en mi hombro que me hace regresar a la realidad. - La justa ya acabó murmura Brit. - Ah... Claro, solo estaba... - Embobada con tu nuevo jefe- se burla y la miro mal. - Por su puesto que no. Parece una persona arrogante- me levanto y agarro mis cosas, ya todos se han ido. - ¿Viste como miró mal a Muriel por no saber los datos de memoria? Uf, ese sujeto es aterrador. - Solo debemos cumplir con el trabajo y listo. - Claro... ¡Oye! Más tarde iremos con los chicos al club, Pedro y Lorna se acaban de comprometer. Que dices ¿vamos? - Sabes que no me gusta ir a esos lugares- hago un leve puchero por el que ella ríe. - Eres la primer mujer joven y sexy que no le gusta ir de fiesta. - Sobre todo sexy- bromeo y ella alza una ceja-. Trataré de ir pero todavía no me presento con mi nuevo jefe y no sé que tan obsesivo es con el trabajo. - Por lo que escuché de él, dicen que ama su trabajo y que no soporta la impuntualidad y sobre todo la mentira. Adora tener el control de todo. - En ese caso debo irme a su oficina antes de que me despida- salgo corriendo de la sala de juntas y la escucho que ríe. Arreglo mi falda y mi saco dejando mi cabello detrás de mis orejas. Toco dos veces la puerta como de costumbre y a los segundos escucho su gruesa voz varonil decir 'Adelante' Una sensación electrizante recorre mi cuerpo ante su voz. Inhalo aíre antes de agarrar el pomo de la puerta para abrir, dejo escapar el aire una vez que he entrado. Una mirada gelida y con un deje de superioridad es lo que veo ante mí. Ahora que puedo ver de cerca su rostro, me doy cuenta de que en verdad es atractivo. No mentían las revistas y los chismes de las secretarias. Toda una escultura de dios griego. Parece que cada detalle fue hecho con delicadeza. Cinceladas perfectas. Y su cuerpo... ¡Dios! Es todo un monumento de musculos pero sin caer en lo exagerado. Lo puedo notar porque ya no trae puesto el saco.
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