Los pilotos llamaron al centro de control de tráfico aéreo y les informaron de la perturbación en la aeronave. Después de eso, todo siguió el procedimiento. Las autoridades federales y locales recibieron al avión en la puerta y escoltaron al anciano fuera del avión mientras él declaraba su inocencia. La mujer fue colocada en una camilla y ayudada a bajar del avión. Ella pidió hablar con el asistente de vuelo, quien la ayudó, antes de llevársela en la ambulancia. Jemma salió, subió a la pasarela y tomó la mano de la anciana. Le preguntó: "¿Cómo te sientes, querida?". La mujer le guiñó un ojo y dijo: «Me siento maltratada. Nunca me pega en la cara, donde se notaría. Me ha pegado toda mi vida de casada, y nunca pude demostrarlo. No sé qué lo hizo perder los estribos esta vez, sobre todo

