Juez, sin ánimo de ofenderle, he tenido esas cartas en mi poder durante casi 20 años. No las entregaré hasta que esos hombres estén en la cárcel. Se sabe que pruebas vitales desaparecen cuando están bajo custodia policial.
"¿Qué pasaría con esas cartas si algo le ocurriera a usted, señor Zabo?"
Mi amigo, en Suiza, tiene instrucciones de traerlas personalmente a Nueva York. Encontraría un abogado de confianza, lo contrataría por una gran suma de dinero y se aseguraría de que las cartas se difundieran por todos los medios: impresos, informáticos y televisivos. Puede que ya no sea admisible en un tribunal, pero enviaría un mensaje muy contundente al público y al jefe de las cinco familias. Daría a las autoridades muchas vías para buscar cadáveres, operaciones de lavado de dinero y los fraud
