Susan se dio cuenta de que lo que él decía era para su propio beneficio. Era para recordarle qué decir si alguien le preguntaba si sabía adónde iba cuando la dejara. Lo amaba aún más que hacía unos momentos. Alan se incorporó a la 89A y se dirigió hacia Prescott, mirando constantemente hacia atrás por si alguien lo seguía. Como no había coches en ninguna dirección, cambió de rumbo y se dirigió hacia Sedona. Respetó los límites de velocidad para no llamar la atención sobre el camión. A 19 kilómetros al suroeste de Sedona, encendió el GPS y esperó. Las instrucciones llegaron a los pocos minutos. "Giro brusco a la derecha, 300 metros". Sabía lo que hacía. Redujo la velocidad del camión a paso de tortuga y esperó. "Giro a la derecha, ahora". Giró, bajó por el terraplén y escuchó las instrucci

