Fue difícil convencer a Fabiana para que saliera de su cuarto. Estaba aterrada y sentía que la tierra se le abría a sus pies. La angustia la carcomía y sentía como una neblina angustiante que la envolvía y asfixiaba. -No vas a rendirte, ahora, que estás cerca de la meta-, le reclamó Nancy, acariciando sus pelos. -Esto me da miedo. Los balazos me hacen recordar cuando mataron a mis padres-, le reveló Fabi, temblando, haciendo chirriar sus dientes. -Entonces hazlo por ellos, porque sacrificaron sus vidas por ti-, intentó Nancy convencer a Fabi, pero ella lloraba sin poder detenerse, sumergida en el miedo y acorralada por el pavor. -No me gustan cuando suenan las balas, me aterra, me da mucho miedo-, decía ella, recostada en el pecho de Nancy, -La vida tiene retos y esa la gran prueba qu

