Mujer mayuya

Capítulo 16

Le tomaron un millón de fotos e hicieron otras tantas grabaciones en la playa que Fabiana se aburrió miserablemente. De regreso al hotel, estaba fastidiada y cansada y con Paola se fueron al comedor a picar algo. Nancy, en cambio, prefirió irse a dormir. -Esto es muy aburrido, chicas, les dijo, ni siquiera nos dejan salir a conocer la ciudad-, se quejó amargada.

Era verdad. La seguridad era demasiado estricta con las candidatas y sus auxiliares. Nadie, absolutamente nadie salía del hotel. Habían vigilantes en todo sitio, enormes hombres, con lentes oscuros, mirando a todas partes y sin perderle detalle alguno a las concursantes y sus acompañantes.

-Me siento que estoy por gusto con tanta seguridad, siento que a mí me están protegiendo-, se quejó Paola, mientras iban al comedor, bajando las escaleras para ver el ambiente. Todo parecía automático. Los gritos, las correrías, los empellones, como si fueran activados por un control remoto. Las toallas, los peinados, las ropas, las fotos, los videos. Un calco matemático y preciso. También las comidas. Y la puntualidad se respetaba a rajatabla.

-Nadie come hasta la una-, le dijeron a Fabi y Paola en la cocina.

-Aunque sea un tecito-, rogó Fabiana.

El tipo calvo, con la cara arrugada y enormes guantes de hule, volvió a mirarla serio y ajando aún más su rostro.

-Nadie come hasta la una-, renegó otra vez.

Paola le jaló el brazo a Fabiana. -Mejor vamos al hall a ver si hay algún churro-, dijo divertida.

En el hall encontraron a la Miss Mundial, Cheryl Monroe. Estaba arremolinada en el sofá, serna y tranquila, con sus pelos alborotados y jugando con una enorme cadena que colgaba en su cuello. Tenía las piernas cruzadas y parecía estar desinteresada de todo, con sus pensamientos perdidos, también, en las correrías y el apuro de los mozos, asistentes y el personal de seguridad.

-Hola, soy Fabi-, se presentó Fabiana, estirando su mano y alargando su risita. Monroe la miró con curiosidad.

-Ahhh, peruana-, dijo apenas, respondiendo el saludo, pero sin moverse del sillón.

-No hay diversiones por aquí, ¿no?-, intervino Paola. Se sentó con Fabiana en uno de los sillones cerca de Cheryl. Ella parecía indiferente a todo.

-Sí, falta emoción-, rezongó en perfecto español.

-Para tomarme una foto con mi sombrero me hicieron posar y reír casi una hora-, se quejó Fabiana arreglando sus pelos. Cheryl sonrió.

-No es nada. El video anunciando el concurso me tomó más de dos horas en terminarlo. Todas las grabaciones fallaban y fallaban, no les gustaba a los jefes, se disgustaban de cómo miraba la cámara, que mi sonrisa era muy corta, muy larga, mis ojos están apagados, demasiado encendidos, mis uñas muy largas, muy cortas, mal pintadas, bien pintadas, ay, pesado, pesado, pesado-, contó Monroe.

A Fabiana le daba risa cómo hablaba ella, siempre paseando los ojos hacia arriba a los costados y dibujando apenas una sonrisa en sus labios.

-Primera vez que vengo a Países Bajos-, le contó Fabiana tratando de animar la charla.

-Yo ya he venido tres veces. Esta la cuarta, promocionando siempre el Miss Mundial. Le han tomado mucho interés este año-, remarcó Cheryl.

-¿Será por mi?-, bromeó Fabi pero Monroe la miró entre indiferente y hasta minimizándola. -No creo-, dijo. Fabiana hizo chirriar sus dientes.

Monroe iba a hacer una nueva grabación. Se puso de pie y se paró en medio del hotel. Prendieron luces potentes, arreglaron su pelos y le pusieron la banda y la corona. Luego ella sonrió y dijo "bienvenidos al concurso más importante de la belleza del universo, para mi, como Miss Mundial, es un orgullo presentar a estas hermosas candidatas. Una de ellas me reemplazará y hará lo mismo que yo: llevar un mensaje de paz y amor por todo el planeta".

Lo repitió tantas veces que Fabiana se aprendió cada renglón del discurso de Monroe que hasta lo repetía de paporreta. Paola se colgó de su brazo. -Necesitarás aprenderlo cuando ganes-, le dijo divertida y se fueron riéndose por los pasadizos, dejando atrás el apuro, los gritos y las repeticiones de la bienvenida de Cheryl Monroe a las candidatas.