Karen Van Holden llegó por la noche a Ámsterdam, luego de un viaje cansador, con escalas en Miami y Madrid. Cuando se registró en el hotel le dijeron que la comitiva peruana ya dormía. Solicitó, entonces, que no molesten a las chicas y que le den un cuarto aparte por esa noche. Mientras se habilitaba su hospedaje fue al comedor, a cenar. Pidió algo simple. -La representante de tu país es una chica muy inteligente y divertida-, le dijo Melvin Douglas. -Es una mujer fantástica-, se puso de pie, de inmediato, Karen, extendiéndole la mano. Douglas le pidió que siguiera cenando. -He traído toda la documentación de Fabiana, ella es peruana, está comprobado-, dijo Van Holden encendiendo su tablet. Douglas no la dejó. -Todo está resuelto, Karen. No es necesario, ya se solucionó el malentendid

