El hombre miró a Grace y ella pudo ver su ansiedad. Con un suspiro, tomó la mano de Caleb y dio un paso adelante.
-Yo se lo pedí. Sé que eso es importante, - le dijo calmada – Caleb se ha controlado mucho. Sabe que necesito concentrarme para poder hacer mi trabajo.
- ¿Hermes? - dijo Azir con voz autoritaria.
-Si la tomo y la marco no la dejaré salir de la habitación por días. Lo sabes, madre. Me estoy controlando por padre y Zane – dijo el lobo mirando a Grace y ella pudo advertir la presencia diferente en el hombre que la miraba. No era Caleb. Era su lobo.
- ¿Qué estás haciendo para no desestabilizarte? - le preguntó inquisitiva.
-Madre…
Emma gruñó y Hermes se puso tenso. Aunque fuera un alfa, para Emma y Azir seguía siendo su cachorro y ellos lo sabían. Ni siquiera un lobo desafiab
