゚・: *✿ Joven Impulsivo.。.: *✧

1605 Words
Esta prohibida la reproducción parcial de este libro sin autorización del autor. Este libro está registrado bajo el código   2109259345646     con certificado de respaldo. Queridos lectores tambien Pueden pasar a leer mis siguientes novelas de categoría +16 Amor único y puro (novela completa). Que nadie se entere (novela completa). La consentida del jefe ( novela completa). Londres, Reino Unido 5:00 am. Raquel se sube en el autobús y se orienta a su lugar de trabajo, como de costumbre, todas las mañanas hace ese recorrido a la misma hora para llegar temprano, ya que los señores se van a su trabajo temprano, para llegar a tiempo a la casa de la señorita Marta y el señor Tomás, ya que con los horarios son muy estrictos.       1 hora después.       6:00 AM.       —Hola, Raquel, toma asiento, te dejaré indicaciones que debes de seguir, ya que mi hijo Marcos se me enfermo, él necesitó tomar estas medicinas, que yo misma le compre, tiene receta, pero como a los doctores no se le entiende la letra, tuve que pedir a su asistente que me ayudara a traducir ese garabato, en fin, toma este papel, aquí está el nombre de las medicinas, y los horarios, queda claro —le indica la señorita Marta.       —Apúrate llegaremos tarde al trabajo, solo no demores —interrumpe la voz masculina del señor Tomás.       —Claro amor, tranquilo, solo dejaré instrucciones —añade ella viéndole con los ojos tiernos como siempre lo ha hecho.   —Te esperaré en el automóvil, y adiós, Raquel, espero tengas un excelente día —recalca el señor Tomás con voz ronca.       —Gracias señor Tomás —dice con voz algo nerviosa.       —Bien, te queda claro, lo del papel, es importante que te concentres, sé que no es fácil cuidar a mis tres hijos, pero confío en ti, como siempre lo ha hecho, con mi esposo, veré si te hacemos un adelanto del dinero, sé que estás mal, y tienes que pagar tu apartamento, sé que lo que te damos te alcanza mucho, pero haremos lo posible, por negociar esto, con mi esposo hablaremos esta noche, debes ser paciente —añade mientras alista su cartera.       —Entiendo señorita Marta, no se preocupe, seguiré todo al pie de la letra, para la pronta recuperación de su hijo Marcos —asienta con su cabeza.       —No olvides darle la pacha a mi hija Verónica, todas las indicaciones te las he puesto en el papel, solo es de leer, mi esposo acaba de subirse al automóvil, es quiere decir que yo ya tengo que irme, cuídate, cualquier cosa no dudes en llamarme —le reclama.       —Lo haré, muchas gracias, y espero tengan un maravilloso día en sus trabajos —añade los ojos de la chica cabello castaño.       La voz masculina interviene diciendo ¡El peor día de mi vida!, su voz hace que los pelos de la señorita Marta, se levanten en seguida, la voz más apagada que ha escuchado en su vida, cargada con mucha frustración, eso hace que Raquel se ponga en alerta.       —Cariño guao, has vuelto, supongo que vienes a apurarme para irnos al trabajo, dime que es eso, ¡tus ojos están rojos!, esto no es para que te pongas mal, justo arreglaba mi cartera para irme a trabajar a la oficina —dice mientras su esposo tira las llaves del automóvil, las cuales caen el suelo, frunciendo el ceño de la frustración.       —Recibí una llamada mientras estaba en mi automóvil, el jefe me contacto me dijo que por cuestiones de que ya no alcanza el dinero para pagar a los empleados, han elegido el recorte de personal, y eso no es aleatorio, así que me eligieron a mí, estoy sin empleo, y si iré a la oficina, pero por mi último cheque y me regreso a casa —su voz se siente frustrada y con angustia.       —Amor resolveremos esto, solo espero que yo no me quede sin empleo esta mañana, no creo porque no me han llamado, pero calma ya veremos cómo haremos, tranquilo, mírame, soy tu esposa, y todo estará bien, no hay que entrar en desesperación —recalca.       —Tienes razón, vamos, es hora de irnos —lo dice con frustración.       Tomas y Marta se despiden de Raquel, se meten al automóvil, y Raquel solo mira como ellos desaparecen.       Raquel comenzó a sentir la desesperación, incrementando en su piel, pensando que, si el señor Tomás ya no tiene empleo, y Marta quien sabe si se quedara sin trabajo también, su desesperación hace que ella agarre un periódico que está en la mesa, y empieza a revisar otros trabajo de niñera o de cualquier otra cosa.       Después de 15 minutos no encontrar empleo, ella ya siente que la despedirán, pero no es porque ella no haga bien su trabajo, es porque las circunstancias, están mal ahora.       Raquel hace los quehaceres de la casa, cuidar a los tres hijos de los señores, hacer todas las indicaciones que el papel le indica que hiciera.       Ella se pone a pensar como sería su vida, si fuera la empleada de un millonario, incluso ser la consentida de un millonario, pero está claro que eso solo son cuento de hadas, que un príncipe le rescate luche contra el mundo, y le robe un beso, y todo sería fácil, pero esa no es la realidad, en realidad con los sueños no se paga un apartamento, la luz, el agua, las facturas, solo es de sobrevivir día a día. —se dice a sí misma—.       4 horas después.       Raquel ya tiene preparado el almuerzo, para el señor Tomás, está en el sillón esperando que él aparezca, ella logra escuchar las llaves entrando por la puerta.       —Hola, volví —hace su intervención el señor Tomás tirando la puerta de la frustración que siente.       —Señor Tomás no sé qué decir ahora, la beba está durmiendo en su cuna —se pone nerviosa.       —Raquel yo tampoco sé que decir, lo bueno es que mi esposa tiene trabajo, y no le ha dicho anda su jefe, ella trabaja aún, por cierto, almorzaré temprano, son las 11:30 am que bueno, me puedes venir a dejar mi almuerzo a mi habitación, no tengo ánimos de nada, pero primero iré a ver a mis hijos ¿Cómo están mis hijitos bellos? —Pregunta con voz desganada.       —Señor Tomás no se preocupe, en serio sus hijos están bien, lamento verlo en este estado, me avisa si necesito algo más —añade tragando saliva.       —Ok, Raquel, recuerda que mi comida la comeré en mi habitación, necesito una pastilla para este dolor de cabeza —agarra él bebe que Raquel sostiene en sus brazos y lo carga él, depositando un suave beso en sus mejillas después sube las grada directo a su habitación.       El señor Tomás se siente mal, se mete a la habitación de cada uno de sus hijos, de los pequeños que están jugando legos, y le da un beso a cada uno y él observa todo el cuarto de uno de los pequeños, está repleto de juegos y los legos regados, pero se ven felices, y eso es importante, para el señor Tomás que los niños estén bien, y ver cómo resolver su problema y él se mete a su habitación a relajarse.   ゚・:*✿       2 minutos después       Raquel ya tiene caliente el almuerzo del señor Tomás, sube a la habitación, toca la puerta por educación.       —Pasa Raquel, ponlo en mi escritorio, se ve rico este almuerzo, huele bien, ya puedes irte —dice con voz débil y cabizbajo.       —Todo mejorará no se preocupe —dice Raquel sabiendo que es muy difícil encontrar trabajo, y no solo él se quedó despedido esta mañana.       —Gracias por tu trabajo, ha sido excepcional, y bueno te llamaré después si todo se soluciona con el trabajo, toma tu último cheque, eres joven encontraras otro trabajo, si esto no se soluciona —con voz triste se despide de Raquel.       —Gracias a ustedes por confiar en mí y mi trabajo, iré a despedirme de los niños —su voz se quiebra, pero controla sus lágrimas.       —Está bien —dice mientras suspira y ella solo se despide de la beba con un caluroso beso en las mejillas.       Raquel sale de la habitación del señor Tomás.       Raquel se va a la habitación de los niños, y los besa, los niños la abrazan.       —Nunca se olviden de mí por favor, los quiero —sus últimas palabras mientras rodean lágrimas de su rostro.       Raquel sale de la habitación de los pequeños, baja las gradas y mira a la casa humilde por última vez, quien le dio pan y tortilla, todos estos 4 años.       Raquel se dirige a la puerta, la abre, y no puedo creer lo que sus ojos están viendo, a ella le da un poco de miedo de que él no se quite de la puerta y una sonrisa cínica es dibujada por ese extraño hombre que la está observando.   Nadie de los dos dice una palabra, y menos romper el hielo, segundos después, Raquel se mueve un poco para adelante, poniendo sus manos en el pecho del extraño hombre, empujándole lentamente, ella siente una sensación extraña que recorre sus cuerpos.       Rápidamente ella cierra la puerta de la casa y cuando ella se aproxima a dar unos pasos, él agarra la mano de ella, y ella de los nervios pisa accidentalmente el pie del hombre corpulento, de ojos color miel, y lo empuja sacándolo de encima, pero él es más fuerte, la que termino perdiendo el equilibrio fue ella.
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