La consentida del jefe©

¿Se te perdió algo mujer?

Un momento mágico se cuela alrededor del ambiente, las manos del joven abren la puerta, y Raquel mira aquel joven queda asustada al ver que este no tiene camisa, solo su pantalón y unas botas, pero su camisa no, por lo cual se lograba observar su cuerpazo muy entrenado, su reloj Rolex cara, con sus ojos color miel intenso, de aquellos que te roban el aliento, segundos después ella se tapa los ojos llevando sus manos a su rostro.

Dorian apenas recuerda si es la chica que conoció antes o no, ya que ese día se metió una cerveza con vodka, aunque no parecía que estaba ebrio pero la cerveza se le había subido a su cabeza, por eso se atrevió a quererla tocar y ser algo Indecente con ella, pero él no recuerda mucho, solo hay un leve recuerdo y es algo su voz, aunque la noche que ella llamó el estaba bajo la influencia de vino, y suele ser despistado.

—La sirvienta que me pisó el pie de dos octavas, creo que fue usted y solo espero que no se repita lo mismo, y no pise más los pies —suspira el en sus adentros mientras lo murmura.

Raquel se queda mirando, retirando las manos de su rostro y se quedan viéndole que él está sin camisa, aunque es un hombre ejercitado, musculoso, alto, guapo, millonario, se ve que usa pantalones de marcas y zapatos, su copete, su cabello, muy despeinado, pero con elegancia ´´Hay no ya le caí mal al hombre pero que el no es el que conocí ayer o que le pisé el pie´´ se dice ella misma en su cabeza.

Un suspiro es soltado por el joven Dorian el dueño de la mansión.

«Otra mujer en la casa, de seguro es esa tal Raquel que me fregó la vida,  pero será que confundí los nombres, es que la Raquel que conocí dos años atrás me fregó la vida, no creo que haya cambiado tanto como para que sea irreconocible o se convirtió en  la empleada, hay no estoy para mujeres todas me pagan mal, debería dejar de ser mujeriego, calma, no le hace caso a ella, pero se ve pobre, desesperada, y como que no tiene dinero, será que el karma le llego, pero no creo que sea ella, esta es otra Raquel, en su mirada tiene algo, pero aparte no es mi tipo esta chica es rara, como si nunca hubiera visto un hombre macho, no sé qué tanto ve, tampoco soy feo » se dice el mismo en su mente.

«Rayos en es enserió él está sin camisa, quien rayos le recibe sin camisa a alguien, ya me está comenzando a caer mal, aunque sea guapo, no le da el derecho de estar sin camisa, que horror, total yo solo vine a trabajar por necesidad de dinero, pero ese tipo no me interesa, aparte se ve atrevido, y encima le pise el pie, mejor así para que no me siga» se dice a si mismo ella en su mente poniéndose nuevamente sus manos en el rostro de los nervios que él causaba en ella.

—Hola sirvienta ¿Se te perdió algo? —dice Dorian esboza una media sonrisa y pone ojos cínicos levantando las cejas casi parecen que las misma cejan bailan, pero con mirada fulminante a la vez.

Raquel se quita las manos de su rostro y lo mira frunciendo el ceño.

—Hola desconocido si reconozco que le pise el pie que vergüenza lo siento, pero dígame porque me die eso yo no sé de qué habla y no se perdió nada—su voz se torna nerviosa y a la vez con desinterés y cortante al disculparse.

—Ummmm ¿No eres de la Universidad Gavidia? —Pregunta Dorian con intriga.

—Jamás he ido a la universidad en toda mi vida, mi dinero no alcanza para nada, soy pobre —confirma Raquel nerviosa.

´´Rayos yo le pise el pie que vergüenza y encima pienso que soy de la Universidad ´´ se dice Raquel en su mente.