La consentida del jefe©

ﾟ･:*✿Olvidate de mi y no me busques nunca mas en tu vida ﾟ･:*✿

Treinta segundos después.

—Me estas calentando amor, ¿Te gusta o lo quieres más salvaje? —Añade el dibujando un sonrisa en sus labios.

—No me digas amor, que lo único que nos une es el sexo, y no ya no quiero, así que para, aparte que no eres el único con que me he acostado—Recalca la rubia de cuerpo delgada y esbelta.

—No me digas eso, tu y yo tenemos planes nena, abre tus piernas, para metértelo más rico dame espacio —su voz se parte cuando ella lo mira fijamente, y no hace lo que él le pide.

—¿Qué miras? —Pregunta el.

—Lo descerebrado que eres, que te creías, que soy mujer de un solo hombre millonario, no papi, eso no va conmigo, disfruto del dinero, de hombres pudientes, que me tratan mejor de que tú, pensé que era tu favorita, con la que querías para siempre, pero todas tus promesas se quedan en el aire, como tienes más mujeres, no puedes cuidar de mi —frunce el ceño retirándose de la cama, poniéndose su ropa interior y su vestido.

—No me digas eso, me prometiste que estarías conmigo y ayudándome, tú en unos días seria, la mujer que me representa en mis negocios, necesito una mano derecha para eso, dale no seas malita, acaso no te gusto lo que te hice, fue excitante —le reprocha con molestia, el joven Dorian de hermosos camanances.

—Pregúntales a las seis mujeres con las que te acuestas, por individual, hay cariño yo lo sé todo, aparte que a mí solo me interesa que me pases dinero, y bueno necesito la plata para mis senos, me los voy a operar, y me vale, si no te gusta o si te gusta, como sea, vine por eso, será nuestra última vez, así que disfruta mi cuerpo, que será la última vez, ya que me iré de viaje, espero puedas entender —recalca con voz fresona, virando los ojos de molestia.

—Katherine por favor no me hagas esto, sabes que me derrito por ti, eres especial. No me tortures con esto, recuerda que eres mi favorita —lo dice como si tuviera la esperanza de retener a la rubia.

—Lo lamento, pero no soporto la idea de que no me cuides bien, y me mentiste, tuve que seguirle esa noche, que fuiste con la otra mujer a cenar, eso me parte de molestia, pero sabes que eso ya no pasara, adiós  ya me conseguí otro hombre rico, y es gringo, guapo, y el solo tiene ojos para mí, por el dejaré de andar con más hombres, porque él me hace sentir especial, no como tú, que solo eres un orgulloso, y cuando te ronca la gana me llamas, para satisfacer, nuestros deseos, eso se acabó —recalca la rubia

—Fuiste tú la que llegó con poca ropa, provocándome, ahora no me diga que es tímida, porque te juro que si me acerco te quito esa timidez, siempre me invocas, no digas que no, tu mirada son dos luceros, me haces falta tu en la cama, no me digas que no, cada vez estoy loco por verte, no entiendes eso, si dices que estoy con esa bellaquera, esta bien, tu lo haz dicho, pero no hay nada de malo con querer darte, ¿Dime si corro con esa suerte de obedecer a tus caderas?, maravillosa mujer, fuego, es lo que siente mi cuerpo, una mano en el cuello, no basta, saliste de la ignorancia, por que yo me apodere de ti, ahora es luna de miel, no me digas que eso es un delito, para no poder desvestirte, frente a mis ojos, bajo mis sábanas, estarás más que lista —le dice con voz apasionada en un susurro caluroso.

—Expréseselo a alguien más, por ejemplo, a las otras rubias con las que sales, a las que les ofreces comida, ya me voy, tengo que dormir y conseguir algunos proyectos que tengo en mente, tranquilo que no haré ruido al bajar de las gradas adiós, esta es nuestra despedida   —añade la rubia depositando un ligero beso en la mejilla de Dorian.

La Rubia se va y Dorian se queda en la cama pensando.

Dorian quedó decepcionado ¿Ahora que sera de su futuro?, no sabe si Paula al final hizo lo que el le pidio que hiciera incluso no sabe si el nombre de aquella mujer que vio por la mañana sea el nombre real el de ella o Paula la estaba chantajeando.

«Lo que me faltaba una mujer que quien entiende, más que ya la había designado para que sea mi esposa de negocios, pero como no quiere ella se lo pierde me voy a dormir ya no puedo creer que esta mujer haya jugado conmigo y mis sentimientos».

Dorian cierra y sus ojos esperando el amanecer mientras la amargura se le pasa  por el momento agrio que paso.