La consentida del jefe©

ﾟ･:*✿Su piel perfumada (Momento del placer) ﾟ･:*✿

Mientras todos duermen profundamente , Dorian no lo hace, como siempre está pensando en sus mujeres pero más a la que le llama mucho la atención, el siente que en cualquier minuto puede llegar así que se aproxima a la puerta y mira que nadie lo mire, baja sin zapatos por las finas gradas de la mansión, para no hacer ruido, se dirige a la puerta, abre y pasa su lengua sobre sus labios observando a la mujer que tenía enfrente de sus ojos, con un vestido sexy color rojo, en la admira y la rubia con una sonrisa se acerca a él, quitándole la corbata, quita su camisa, y se nota que está ansiosa para poseerlo, le agarra a la mano de la rubia y se la lleva a una de sus habitaciones grande y amplia con olor a canela. Caso seguido en le quita el vestido y la desviste, explorando su hermoso cuerpo de piel perfumada.

El frío se cola en toda la habitación, para Dorian y la Rubia, recién empieza, la energía se eleva como si fueran destellos calentando ambos cuerpo de la Rubia poniéndose intensa como un subí y baja, Dorian por su parte hace el trabajo de placer a la perfección, haciendo que la rubia empiece a gemir, después de 15 minutos ambos se ven fijamente a los ojos, la rubia lo observa como si fuera la última vez, mientras Dorian se confunde un poco ante su mirada, mientras ambos están en la cama, el encima de ella, pero de igual forma juega un poco con el cuerpo de la rubia, sus dedos recorren lentamente su cuerpo, buscando el éxtasis, hasta conseguirlo, el clítoris de la rubia late con intensidad, mientras Dorian se lo acaricia.

—Tócamela más lento —Añadió la rubia—

Sus dedos exploran la piel de la rubia, su dedo índice pasa a lo largo de esos labios color rojo, el clítoris de la rubia late de manera intensa con el toque del jefe Dorian, eso hace que el cuerpo de la rubia se estremezca.

Dorian bajo su mano explorando, tocando y haciendo que la intensidad suba de nivel.

—Me estas poniendo caliente que hasta me puse húmeda, eso me gusta —añade en un suspiro.

—Lo sé ya percibo tu pequeña porción de humedad, yo se que estas mojadita, tu cuerpo me lo grita mujer, estas bien rica, más cosas te haría si me lo permites —su tono de voz se incrementa.

Un susurro caliente en el oído de la Rubia la estimula con su aliento, el muerde suave y lentamente la oreja de la rubia, mientras ella sume sus labios en la piel de Dorian.