゚・:*✿ La voz masculina seductiva 。.:*✧

506 Words
Están bajando al primer nivel del restaurante, finalmente la puerta del ascensor se abre, Paula, Ángel y Raquel salen del ascensor.       —Vamos Raquel te llevaremos a tu casa —dice Ángel.       —Es mi apartamento, ¿seguros?, es que no quiero importunar, apenas me conocen —recalca.       —Raquel no te preocupes, ya hemos visto suficiente, para ganar tu confianza, no desesperes, está bien ven con nosotros —añade la voz masculina suave.       —Te conocemos lo suficiente para tomar nuestras decisiones, mañana será un gran día, nosotros te llevaremos a la mansión Belgravia, para que mañana mismo empieces a trabajar, por hoy descansa y háblale a la señora flor —recalca mientras él le indica y señala donde está su limosina.       1 hora después.       —Adiós Raquel cuídate —le dice en voz baja a Raquel.       —Adiós Ángel —se le ruborizan las mejillas ante el tono de voz que él hace.       —Todo saldrá bien, Raquel no te desanimes, yo avisaré a la mansión llamarás a las 7:00 Pm a esa hora no antes, ok —le advierte.       —Entiendo, haré lo que me digas adiós y gracias por todo, cuídense —se baja de la limosina, mirándola por última vez.       Raquel aún no ha cerrado la puerta de la limosina cuando las miradas de Ángel ante Raquel son miradas intensas, que a ella le hacen que sus mejillas se vuelvan en un tono rojo, cierra nerviosa la puerta de limosina, y esta arranca desapareciendo de su vista   > se pregunta Raquel.       Horas después, con manos temblorosas agarra el teléfono marca el número que Paula le indico.       Raquel se arma de valor y justo dan las 7:00 pm, la llamada suena una y otra vez, la garganta de Raquel se seca, y un aire frío se apodera de ella, su corazón se acelera cuando nadie le responde.       Una voz masculina, de voz suave, profunda, con tono agradable y sensual atiende su llamado, ella se queda corta, sin saber que decir, su garganta se encuentra seca, y es como si hubiera olvidado que decir. —se dice a sí misma en su mente—       —Hola, hay alguien él otra línea, hágame el favor de responder —su voz atraviesa el pecho de Raquel.       —¿Estoy hablando a la mansión Belgravia? —pregunta con voz temblorosa sabiendo que esa voz masculina ya la había escuchado esta mañana.       —Si, ¿Eres tú la chica de esta mañana?, tu voz me parece conocida —Pregunta pensativo.       —Si, yo lamento la bofetada que te di, perdón —deja escapar el sí de su boca.       —Una mujer tan bella como tú no debería disculparse —su voz se vuelve dulce mientras suelta un suspiro sin colgar la llamada.       Ni Raquel ni el joven Cuelgan la llamada.       Raquel muerde su labio inferior y se queda sin aire, cuando escucha las palabras de aquella voz masculina que para sus oídos son musicales, ruborizando sus mejillas de la joven, su corazón late a mil por ahora.  
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