La consentida del jefe©

Apunto de abrir la puerta al mismo tiempo.

El encuentro cara a cara con el dueño de la mansión.

La limosina esta a 20 cuadras para llegar a la mansión Belgravia, con un movimiento involuntaria Raquel frunce el ceño involuntariamente al recordar que el joven que la quiso tocar, pero no sabe quién es el tipo ni como se llama, también recuerda lo de la hamburguesa, aunque no sabe si es el mismo tipo con el que habló por teléfono el día de ayer por la noche, ella no sabe nada, lo que sí sabe es que tendrá un trabajo fijo.

«Que fastidio una hamburguesa, ya le voy a dar su hamburguesa, como sea, recuerda Raquel concéntrate solo eres la empleada y la niñera de esa mansión, el no tiene nada que ver deja de pensar en él, no importa ahora, lo que importa es pagar la cuenta de mi apartamento debo 1 mes espero que esto me ayude, allá vas a trabajar, no a buscar marido, el no me interesa ahora, no es más dudo que el piense en mí, de seguro me olvido, y no sabe quien soy, porque no sabe mi nombre»

Los ojos de Raquel se dirigen viendo el cielo, una nube es dibujada en el cielo abierto de un color celeste y muy hermoso, le da una señal inesperada, sus ojos logran ver que la misma nueve dibuja un corazón gigante en el cielo, ella levanta la ceja mientras la brisa se coló en su rostro.

Caso seguido ella cierra sus ojos intentando olvidar la imagen que intervino en el cielo, segundos después ella abre los ojos, y el cielo ya no estaba de ese color ahora era gris repentinamente se torno de ese color, Raquel se quedó pensativa.

El cielo terminó cerrándose, y se dispersó  un viento fuerte, Raquel vuelve arrugar la nariz, como señal de molestia, ya que ella detesta la lluvia, pero todo lleva un trasfondo del motivo , ella solo recuerda que el dia que el joven de ojos verdes le dijo adiós, fue cuando llovía, como este dia le destrozaron su corazón, respira profundamente, y en su mente se dice «Raquel ya que te valga todo, el amor ni existe, todos los hombres son iguales, nefastos, y malos, personas reñidas es mejor alejarse, eso Haré, concentrarme en mi trabajo hermoso, que me hace falta».

Las manos de Ángel son puestas en la pierna de Raquel, cuando Pula se distrae dentro de la limosina en marcha, quien con molestia retira sigilosamente las manos de Ángel, ella está arrugando su frente, como mandándole  una señal, de que no le gusta que hagan eso con ella.

Ángel al ver esa reacción se hace el suizo.

«Coño estoy loco, perdí la cabeza, no necesito abrir la ventana al amor si ya lo tengo que puedo hacer, concéntrate tu novia es Paula».

Finalmente, la limosina se parquea en la mansión grande, de hermoso jardín, es más como un castillo, Raquel logra observar la hermosura de la mansión en eso, un viento y lluvia amenazan por última vez, avisando que es hora de entrar a la mansión.

Mientras la hermosa chica de cabello liso, de cara inocente, decide dar unos pasos, para alejarse del frío que en su piel se cuela, escucha una voz que la congela por unos segundos, luego que logra recuperar su aliento contenido hace unos segundos, ella solo quiere entrar por la puerta de la misión, y dejar de sentir frío, ya que el viento y las pringas se iban a intensificar más.

Raquel se acerca más a la puerta, ya que es meque y no logra aguantar las ganas por ver la mansión y que hay más allá de sus narices de lo que mira, aprovecha ya que Paula y Ángel se distrajeron con el chofer.

Está a punto de abrir la puerta sus manos se acercan, más que ella no sabía que las manos del joven también está a punto de abrir la puerta también.