No me imaginé que la sensación de encontrar a tu pareja era exquisita, si, exquisita; así la defino yo. Sentí su presencia de repente, sentí los pasos que daba y eso hacía que me desesperaba, no podía ir donde ella, me habían puesto una trampa y encerrado con cadenas de plata bañadas en agua de los dioses, la plata no me hace daño, pero colocada de esa manera es mortal para mí.
Cuando la sentí cerca de la cueva me desesperé, empecé a dar brincos de emoción como un cachorro al que le daban su parte favorita de carne, "mi chica, por fin, tendré a mi chica, después de tanto tiempo la tendré". No negaré que estaba nervioso tenía constantes preguntas que ¿y si me rechaza que hago? ¿Como estará mi pelaje? ¿Me veré bien? ¿Tendré sangre seca? ¿Huelo mal? Etc.
Y luego pasó, la puerta que estuvo c
