CAPITULO 3

1578 Words
Virginia observó en silencio, su atención estaba en Selene, moviendo su cintura al ritmo de la música, David sonreía embobado mientras pegaba su cuerpo un poco más. —Pareces molesta ¿Algo no te gusta? —Virginia, apartó los ojos de la pista de baile, para ver a Alexa. —Me temo que eres tú quien está molesta por la situación —Virginia señaló a la pista de baile. —Tonterías —Alexa apuro el vodka por su garganta —Ve por él Alexa ¿Qué puedes perder? —Virginia no puedo evitar sentirse mezquina, alentando a Alexa a irrumpir en la pista de baile. —¿Crees que David se moleste? Parece muy interesado en Selene —Alexa, suspiró, gustaba de David, pero no quería ser la tercera rueda, si él estaba interesado en Selene. —¿Quieres ayuda? —Virginia preguntó, deseando en el fondo de su corazón que Alexa se negará. Era una locura lo que estaba haciendo, estaba arriesgando tanto. —¿Puedes hacerlo? —Alexa preguntó esperanzada, sin oportunidad de retractarse asintió. —Iré a los servicios, dile a Selene, que no me encuentro bien,  se discreta, que David no se entere y adivine que es una treta —Alexa asintió, espero a que Virginia saliera en dirección a los servicio para bajar a la pista de baile. ¿Qué locura estaba haciendo? ¿Por qué sentía esa opresión en su pecho, al ver a Selene en los brazos de David? Recargo su cuerpo contra la pared, cerró los ojos, no se atrevía a ponerle un nombre, temía que… —¿Estás bien? —Virginia tembló cuando la mano de Selene, se posó sobre su brazo desnudo. —Un poco mareada —mentía, pero saber que dejó a David en la pista de baile para venir a ella, le hizo sentir ¿poderosa? Apretó los ojos, no tenía valor para abrirlos y ver a Selene parada muy cerca de ella. —¿Has bebido? —Selene preguntó, la duda atravesó sus pensamientos antes de ir a la pista con David, Virginia no había probado un solo trago. —Una copa, creo que soy intolerante al Vodka —Virginia sonrió, abrió sus ojos lentamente para tener la visión más hermosa de Selene, sus labios parecían pedir a gritos ser besados. Selene, se acercó un poco, solo un poco más, no estaba preparada para que Virginia abriese los ojos y la viera tan cerca de ella. Se mordió el labio, dejando sus perfectos dientes blancos sobre el rojo carmesí del pintalabios. —¿Selene? —Virginia tembló al sentir el aliento cálido de Selene muy cerca de su boca. —Me gustas Virginia —Selene cerró el espacio entre sus bocas. Virginia gimió cuando la lengua de Selene invadió su boca, un beso que hizo temblar su mundo. El beso subió de tono, Virginia no fue capaz de apartarse, su mente le gritaba que no era correcto, pero su cuerpo reaccionaba a los besos de Selene, sus bragas se habían mojado, y en un momento de locura, tomó la cara de Selene entre sus manos. Intercambio los papeles y aprisiono el cuerpo de su mejor amiga contra la pared, intensificando el beso y deslizando la mano por el perfecto cuerpo de Selena. —¡Ah! —Virginia salió de su estado de locura, al escuchar a Selene gemir ¿Qué mierda hacía? Su boca estaba en el esbelto cuello de la morena y su mano debajo de ese maldito vestido corto, exactamente entre sus bragas. Se alejó tan rápido que casi cae de bruces. —Lo siento —Virginia, no espero a escuchar la respuesta de Selene, salió tan rápido como pudo. —¡Virginia! ¡Virginia, espera! —Selene corrió tras la güera, el beso de Virginia fue intenso, tanto que aún le temblaban las piernas. Pero no prestó atención a la pasión desatada en su interior; ni disfruto del momento, porque Virginia parecía horrorizada de lo que había ocurrido entre ellas. ⧓ Virginia entró al auto, pero no encendió el motor, no podía dejar a Selene sola, era su amiga por encima de todo. —>Me gustas Virginia< —La rubia cerró los ojos, acomodo su frente sobre el volante, recordando las palabras de Selene. Su corazón latía fuerte dentro de su pecho, sus manos temblaban y sus bragas continuaban mojándose ante el recuerdo de ese beso. ¿Qué estaba mal en ella? Se preguntaba. No era un secreto su falta de interés en los chicos, era uno de los motivos por los que se había alejado de su familia. Quería y deseaba encontrarse a sí misma, pero lo último que imaginó era sentir esa arrolladora pasión por Selene, los celos que consumieron su corazón y su alma, al verla bailar con David y el miedo feroz que atravesó su corazón ante las palabras de Selene. —¿Estas bien? —Selene preguntó apenas abrió la puerta del auto y se acomodó de manera tímida en el asiento del copiloto. Temía haber arruinado su amistad, justo el día que se habían mudado para vivir juntas. Virginia no respondió, no creía encontrar su voz para responder. Encendió el auto y salió de regreso a su departamento. El silencio era interrumpido por la respiración acelerada de Selene. ⧓⧓⧓ —Virginia —Selene atrapó el brazo de la rubia al ver sus intenciones, no quería presionar, pero no creía capaz de seguir ocultando lo que sentía. —Creo que has bebido un poco —Virginia sabía que no era así, Selene estuvo bailando casi todo el tiempo con David. —Sabes que no es así Virginia —Selene camino tras la güera, para hablar dentro del departamento  —Quizá solo estés confundida —Virginia no quería escucharla, tenía miedo, miedo de averiguar sus propios sentimientos. —Estoy enamorada de ti Virginia. Perdóname, pero no puedo seguir ocultando lo que siento, me gustaste desde el día que chocamos en el pasillo —Selene se mordió el labio ante el silencio de su amiga. —¿Sabes que está mal? —Selene, levantó el rostro sin comprender —No entiendo ¿Qué es malo para ti? —preguntó acercándose dos pasos a la rubia.  —Todo esto Selene —Virginia se alejó un paso, —¡somos dos chicas por Dio! ¡No puedes pretender que esto es normal, porque no lo es! —gritó desesperada. —¿Eres homofóbica? —Selene deseo con todas sus fuerzas que la respuesta de Virginia fuera no. —No —Virginia observó como el alivio atravesó el rostro de Selene. —Pero aun así, sigue siendo incorrecto, un error que no… —Bésame Virginia y dime que no eres capaz de sentir nada mientras lo haces, dime que tu corazón no late fuerte, que tu cuerpo no se enciende mientras tus manos recorren mi cuerpo. Bésame y dime que tus bragas no se mojan —Selene, sabía que provocar a Virginia, era una locura, pero no la dejaría escapar sin luchar. —¡Basta Selene! —¡Te amo Virginia! —Selene se acercó, tomando la mano de Virginia la llevó hasta su pecho donde su corazón latía con prisa. —Selene yo no… —Shhh, no lo digas Virginia, no lo digas sin darme la oportunidad de conquistar tu corazón… —Es un error Selene, lo que sentimos… —Selene sonrió, escuchar decir esas pequeñas palabras “lo que sentimos” hizo que su corazón latiera con emoción. —Amor es amor, Virginia, no elegimos ser lo que somos, pero podemos elegir aceptarnos y ser felices. —Bésame una última vez, por favor —Selene no iba a presionar, no quería tensar la cuerda hasta el punto de ruptura, no podría soportarlo. —¿Por qué insistes? ¿Por qué me haces esto? —Virginia preguntó, más no se alejó cuando Selene pegó su cuerpo caliente al suyo. —Porque te amo, porque si voy a renunciar a ti, debo tener la seguridad de que mis caricias no te hacen temblar —Selene besó los labios de Virginia, no fue nada parecido al beso compartido en los servicios de la discoteca esa noche. La lengua de Selene, delineo el contorno de los labios de Virginia, mientras su lengua pedía permiso para entrar. La mente de Virginia gritaba, la voz de la razón le gritaba el error que estaba cometiendo, pero la razón había perdido contra el corazón. Virginia, correspondió el beso de Selene, aprisionó los labios de la hermosa mulata entre sus dientes,  mordió suavemente antes de que sus lenguas se enredaron en un beso ardiente. Una necesidad desconocida, embargo el vientre de Virginia, su sangre quemó dentro de sus venas, era un fuego que necesitaba ser calmado. Virginia abandonó la boca de Selene, negándose a pensar si era correcto o no. Descendió por el largo y fino cuello de la mulata, mientras sus manos recorrieron el cuerpo perfecto de Selene. Camino hacia el largo sofá que adornaba la sala. Para caer sobre él. —¡Virginia! —Selene tomó la mano de la rubia, para llevarla hasta su pierna desnuda, tembló al sentir los finos dedos Virginia, mientras recorría su piel desnuda debajo del vestido, movió sus caderas al sentir la mano de la rubia tocar su monte de venus sobre las bragas —¡Maledizione! —Virginia maldijo en italiano, antes de separarse de Selene.— Perdóname, pero no puedo hacer esto…
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