(6)
-Ya no hay intimidad-
Ya era de mañana y el sol estaba a todo su esplendor, así que cuando intenté abrir mis ojos cansados, soy cegada por ese sol tan deslumbrante, así que no dudó en cubrir mis ojos con una almohada. No debí de haber tomado tanto, incluso me siento realmente culpable por eso. Lo único bueno de esto, era que era fin de semana y no tendría que asistir a la escuela o recibir sermones. Pero a pesar de sentirme aliviada, no puedo evitar vomitar en un cesto de basura, que curiosamente me estaba esperando al lado de la cama.
-¿Qué demonios?-Pregunté después de vomitar todo lo que mi estómago tenía dentro.
-Buenos días.-Escucho su voz gruesa de la nada, mientras doy un brinco.
-¿Por qué jamás avisas tu entrada?-Le dije mientras estoy tocando mi corazón, que palpita con rapidez.
-Lo lamento, no quería asustarte.-Se disculpa mientras él luce tan limpio y guapo, mientras que yo soy solo una basura con resaca. Así que con el ceño fruncido, me muevo en la cama, sintiendo bastante dolor.
-Me duele todo.-Gemí con dolor, mientras que no sabía el porqué de este dolor.
-Sera porque eres una salvaje en la cama.-Yo me mofo de inmediato, sin poder mover ni un musculo.-O fue que tuviste una semana tan ajetreada.-Dice sin más mientras que por primera vez en muchos años, me siento enferma y realmente indispuesta para hacer varías cosas.
-La segunda.-Le contesté mientras miró lo que traigo puesto. Era un pijama y definitivamente no era mía. Era tan cursi y horrible, así que entre risas dolorosas, le digo:
-¿Qué tengo puesto?-Me mofo sin más ya que es de color rosa, hecha de una tela afelpada con un corazón en medio del suéter, y por parte del pantalón, tiene un patrón de pequeños corazones realmente cursis. Esto claramente no era mi tipo de pijama, pero el que tan solo lo intentara, me hacía mucha gracia.
-Es lindo y sexy.-Me dice mientras luce bastante serio y convencido de lo que decía. Claramente esto no era nada sexy. Era algo muy soso y bastante cursi.-¿Qué no sabías que los corazones son las tendencias de moda sexy en estos días?-No puedo aguantar más al ver su cinismos, así que prosigo con mis risas adolorida.
-Sí, claro.-Mofé mientras me doy cuenta de que está de buen humor esta mañana. Pero tengo la necesidad de ir al baño, así que tenía que dejar sus tonterías por un rato. Así que me levanto de la cama aún muy adolorida, y camino hacía el baño mientras me tambaleo por el dolor de cabeza.
Y al estar en el baño, me quito toda la ropa y me quedo completamente desnuda mientras me miro al espejo. Después de un rato, descubro que no puedo tener más sexo, ya qué me ha llegado el periodo.
-¡Maldición!-Maldigo con fuerza mientras cierro la puerta con seguro, para que Will no pueda saber esto tan bochornoso. Así que me meto a bañar, ya que tenía que limpiar varias cosas de mi cuerpo.
Después de bañarme, busco unos tampones en una caja que yo misma había dejado en el baño, pero está ya no estaba.
-¡Demonios!-Maldije una vez más mientras busco por todas las gavetas del lugar, pero no encuentro mis cosas en ninguna parte. No podía salir del baño sin tampones o toallas sanitarias.
-¿Qué hago? ¿Qué hago?-Me preguntó nerviosa, mientras me doy cuenta que tengo que hacer algo que no se sentirá bien. Así que abro lentamente la puerta del baño, visualizo a Will, quién está sentado en su escritorio, quizás escribiendo una canción o una sonata.
-¡Will!-Le llamo con una voz ligera, tan ligera que no me pudo escuchar.-¡Will!-Repito con la misma voz ligera, pero ese idiota no me ayudaba en mi situación, ya que estaba muy metido en su música. Sabía qué esto sería un momento realmente bochornoso para nuestra historia como compañeros y amantes.-¡Will!-Grité con fuerza mientras él por fin me voltea a ver.
-¿Qué pasa?-Me pregunta mientras levanta de su silla y camina hacia mí.
-Me puedes pasar una bolsa morada, que deje en la esquina de la cama.-Le dije mientras solo mostraba mi cara, ya qué lo demás estaba escondido tras la puerta de madera blanca. Mi caja morada contenía todo lo que una mujer puede necesitar, como rastrillos para las piernas, cremas, tampones, pastillas para los cólicos, píldoras para no embarazarte, cremas para el cabello y pinzas para depilar. Él va hacía a la caja, la toma entre sus finas manos para después dejar caer todo lo que había dentro. Yo misma cierro mis ojos, mientras pongo una mano sobre mi frente. Pero lo bueno era que ahora solo tengo colores y piezas para la escuela dentro de la caja, pero lo demás no estaba ahí.
-¿Quieres un color?-Me pregunta despreocupado, mientras toma un color rojo en sus manos.
-¿Un color?-Grité enojada. ¿Por qué los hombres son tan inútiles?-Murmuré mientras otra vez paso mi mano por mi frente.
-¿Que había en esa bolsa que te preocupa tanto?-Él ahora alza una de sus cejas pobladas, mientras mis mejillas se enrojecen como tomates. Esto era como una pesadilla, la cual toda mujer teme.
-Nada.-Le contesté enojada mientras me siento frustrada.
-Está bien.-Él intenta ir a su lugar como si nada, pero no puedo salir así como si nada.
-¡Will, tienes que buscar esa bolsa!-Le pido casi suplicando.
-Dime que había en la bolsa.-Insiste mientras luce su mirada sin mostrar ninguna clase de reacción.
-Will.-Suplico una vez más.
-¡Rosé!-Él ahora llama mi atención.-Tengo que decirte que tire todo lo que tenía esa bolsa.-Lo dice como si no hubiera hecho nada malo, él era realmente cínico con lo que hacía conmigo.
-¿Qué tú hiciste qué?-Grité enojada, no, no, realmente furiosa. Primero mi ropa y ahora mis cosas personales. ¿Qué uno no puede tener algo en este lugar, sin que nadie lo toque?-Will eres un idiota.-Había sacado lo peor de mí, así que no me medí en mis palabras.-Eres un idiota, pedazo de mierda. ¿No puedo tener algo aquí, sin que te entrometas? Eres un maldito imbécil hijo de pu...-Pero él me interrumpe con algo que me dejo callada.
-¡Solo di que quieres tampones!-Lo grita mientras sus ojos demuestran lo mismo que antes, nada. Me sentí tan nerviosa de escucharle decir eso, que regrese al cuarto de baño, a encerrarme llena de vergüenza. Así que me quedé sentada en el suelo por más de una hora, pensando en mudarme a Australia, cambiar mi nombre y volverme otra persona.
Quizás pueda vender mis órganos y huir con alguien de la mafia, para nunca regresar. Todo mi mundo se cayó ante mis ojos. Eso fue hasta que oí la puerta sonar, sabía que era ese idiota.
-¿Qué quieres?-Le pregunté mientras siento un balde de agua fría caer por todo mi cuerpo.
-Abre la puerta.-Me pide con su voz gruesa, que me hace temblar todo el tiempo.
-¡Lárgate!-Gritó con fuerza mientras hundo mi cabeza en mis piernas.
-Abre la puerta.-Me pide una vez más mientras ahora toca la puerta.
-Lárgate.-Le volví a decir mientras mis mejillas se pone más rojas que un tomate.
-Bien.-Gritó mientras se aleja de la puerta. De inmediato creí que había ganado está batalla, pero la puerta se abre por una patada realmente fuerte. Yo misma veo a Will en la entrada, con una bolsa de papel en mano.
-¡Ah!-Grité sorprendida mientras intento taparme con la toalla.-¿Qué no puedo tener privacidad?-Ahora exploto.-¡Tiraste mis cosas, eres un idiota!-Le comenté enojada, estaba cruzando una línea muy delgada. Las mujeres no solo podemos compartir estas cosas con los hombres como si nada, ya que tenemos una "v" en vez de una "p"
-Toma.-Me da la bolsa de papel y en ella habían tampones, maquillaje nuevo,cepillo de dientes, jabón para cuidados personales y otras cosas más.-Tú...-Murmuré viendo todo lo que me había traído.-¿No fue algo vergonzoso que compraras todo esto en la tienda?-Ahora me preocupo por su ego, eso debió de ser bastante vergonzoso, así que aprecio su valentía.
Will por su parte no muestra ni un poco de vergüenza.
-Solo entre al supermercado, todas las chicas me miraron, tome unos tampones y los puse en mi carrito. Tome cosas femeninas y todos seguían mirándome. La chica que me atendió solo me miro algunos segundos, yo solo le pude decir que...-Esperaba algo como "es para mi novia" o alguna mentira piadosa, pero él respondió:
-Les dije que era mujer, pero que me vestía como hombre.- Yo me mofo con fuerza al oír su respuesta. ¿Por qué hace de esto como un drama? Pudo haber dicho otra escusa, pero eligió la peor. Quizás solo intentaba hacer de este momento, uno muy divertido. Y al mismo tiempo me sentía realmente orgullosa, ya que realmente admiraba ese encanto que él tiene. El encanto de no importarle nada de lo que dice de él.
-Gracias.-Le agradecí tímida.
-Toma.-Y después de ese momento gracioso y tierno, de su bolsillo saca otra cosa. Traía diferentes pantaletas nuevas, mientras yo golpeo mi cabeza con mis rodillas.
-¡Will!-Grité avergonzada mientras niego con la cabeza.
¿Esto es normal? A veces me preguntaba si él era humano, o una clase de sueño. Pero Will es todo un caso.