—¡Oye, Marcos, mira, ven aquí! —¿Qué quieres? ¡Estoy recogiendo todo para cerrar, tú también deberías hacer lo mismo! —¡No, no puedo, viene la rubia hermosa de hace rato para ver lo del apartamento que siempre estafan y no me voy aun. Pero mira, esto te interesará! Aquel hombre quien era el asesor de ventas que le dio a Alexander el título de propiedad, a regañadientes fue al escritorio de su compañero de trabajo. —¿Qué quieres? —Le preguntó parado en un extremo de la oficina. —Ven, para acá, recuerda que la laptop está un poco dañada y no la puedo voltear—comentó con una cara de horror—¡debes ver esto! Marcos al verle la cara de asustado, frunció el ceño, le entró la curiosidad, y fue directo hasta allá. Y él al ver lo que su amigo le mostró quedó horrorizado. Resulta que estaba v

