La noche anterior… Llamada telefónica: —¿Hola, cómo estás? —¿Hola? Te hacía durmiendo. Me asomé a tu apartamento y estaba todo apagado. —contestó Ivanka estando en la cama. Alexander quien tenía un tono de voz muy varonil pero a la vez sutil por telefono, con ese acento británico bien marcado y presuntuoso que tenía, lo hacía sonar muy interesante y atractivo. —¿Te desperté? quería saber cómo estabas. Hay vándalos por ahí y… es peligroso. —Pero estoy en casa, más no en la calle. —Mmmm, ok… pero recuerda que si te sientes con miedo… puedes irte a mi apartamento con el cachorro. Yo… puedo dormir en el piso. La mujer en ese mismo instante se dio cuenta de que le encantó la voz del ojón arrogante como ella le decía. Entonces, haciéndose la desinteresada le contestó: —No, pues… fíjate

