El moreno se asomó en la oficina y pudo observar que Ivanka estaba ahí. —Disculpa… creía que se había ido. —No. Jesse lo miró con desinterés y le dio el informe. Entonces, al momento de dárselo en un tono de voz bajo le comentó: —Toma, y no me mires con esa cara porque aún estamos en el trabajo. El entrenador le puso mal la herradura al caballo y ahora está herido. Quiero despedirlo, por lo que hizo pero vine a consultártelo a ti. Para Alexander, los caballos eran muy valiosos desde que estaba pequeño, por lo tanto, enseguida cambió su semblante y se preocupó por el animal. —El caballo del establo doscientos seis es Hansel ¿cierto? ¿Está muy grave? —No lo sé debes verlo, y si lo ves muy mal debes despedir al entrenador. Ivanka escuchó un poco la conversación con Alexander y al escu

