Capítulo 6: “Una visita inesperada”

2052 Words
Pensaba que Leonardo me iba despedir después de lo que había hecho o decidiría hacerlo con el más mínimo error que yo cometiera, pero no fue así. Las semanas pasaron con total normalidad, ya me había acostumbrado a esta empresa y que casi no tenía tiempo libre, aunque de cierta forma, me repetía a mí misma que esto no duraría para siempre, solo estaba aquí por un tiempo o al menos hasta que consiguiera el dinero necesario para pagar los gastos de los preparativos de la boda, comprar una casa para mis padres y conseguir un lugar estable para mí, hasta ese entonces tendría que seguir aquí al lado del diablo de Nueva York. Vivir en nueva york es estar dispuesto a exponerte a niveles de estrés extremo, el tráfico era una de las razones por las que quería abandonar este lugar. En un futuro siempre he soñado con comprar una casa alejada de todo el ruido y de todas las multitudes, en donde solo me pueda encontrar a mí misma y la naturaleza. Me daba un poco de vergüenza aceptarlo, pero siempre me había gustado la idea de tener una casa en medio del bosque y quedarme allí con mi gran amor, suena muy cursi la verdad, pero para mí sería algo muy lindo. Tendríamos una chimenea en la cual ambos nos sentaríamos frente a ella, mientras nos deseamos feliz año nuevo. Antes de que fuera la hora del almuerzo, Leonardo siempre me pedía que le hiciera una reservación para dos en un restaurante y yo siempre lo hacía, verlo salir y entrar solo a la empresa me hacía pensar que tal vez él pasaba siempre por la casa de su novia para llevarla a almorzar porque nunca se había aparecido aquí alguna mujer para visitarlo a él, ni siquiera su madre. Por otro lado, Gabriel, Abigail y Carolina se habían convertido en grandes compañeros y amigos para mí, los fin de semana que teníamos tiempo salíamos todos juntos y nos liberábamos de todo el estrés y cansancio del trabajo, estar con ellos me había hecho olvidar las razones por las que estaba aquí. Mientras voy en el taxi reviso la agenda de Leonardo para asegurarme de que todo este correcto, después de todo este tiempo trabajando con él me di cuenta de que prefiere más el café de la primera cafetería que yo le compré, Camelia’s Coffee, me dijo que jamás había probado su café antes y que le parecía mejor que Starbucks. Todos mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando mi celular empezó a sonar, al ver quien era suspire cansada. Ni siquiera había tenido el valor de hablar con mis papás para decirles como estaba y donde vivo ahora, solamente me comunicaba con ellos a través de mensajes, a pesar de que muchas veces me insultaban a través de mensajes siempre retiraban el dinero de la cuenta a la que yo les depositaba para que pagaran el alquiler de la casa. - Hola – dije contestando la llamada. - No lo puedo creer, ¡Al fin contestas! – dijo mi madre, se notaba un poco emocionada. - Lo siento mamá por no haberme comunicado con ustedes todo este tiempo es tan solo que…- me detuve, realmente no quería mentirle. - No importa hija – dijo mi mamá suspirando – Solo dime por favor si estas bien, ¿Necesitas algo? ...- la interrumpí. - Si mamá no te preocupes, estoy muy bien – dije sonriendo falsamente. - Tú padre no esta en casa así que decidí aprovechar esta oportunidad para poder hablarte, ni siquiera me había dejado tomar el celular para hablar contigo – escuche como empezaba a sollozar – Realmente lo siento mucho hija, siento que tengas que pagar los errores que tu padre y yo hicimos. - Mamá no llores por favor – dije mientras sentía como se formaba en nudo en mi garganta. - Espero que algún día seas capaz de perdonarnos por todo lo que hicimos, no espero que me perdones ahora ni mañana ni tampoco sé si algún día lo harás… Solamente te pido que no te olvides que te amo, te amo mucho Olivia – dijo mi madre sollozando. - Yo también te amo mamá – dije mientras sentía como algunas lágrimas empezaban a deslizarse por mis mejillas. - Creo que ya viene tu padre – dijo mi mamá mientras escuchaba sus pasos apresurados caminando – Debo colgar para que no sepa que he hablado contigo, te amo mucho Olivia no lo olvides por favor – dijo sollozando. Ni siquiera pude responderle cuando ella ya había colgado la llamada. -Yo también te amo – dije antes de empezar a sollozar. Pase llorando casi todo el camino hacia el trabajo, pude ver como el chofer del taxi me miraba un poco preocupado a través del retrovisor, pero nunca dijo nada en todo el camino, cuando estuvimos a unas cuantas calles me miré en el espejo y se había corrido un poco mi rímel, limpie todo el maquillaje corrido y lo trate de arreglar. Me baje del taxi y camine hacia el ascensor que solamente utilizábamos Leonardo, Carolina y yo, las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse cuando vi que alguien puso su mano en la puerta para impedir que se cerrara. Cuando levanté mi vista me di cuenta de que no era nadie de las personas que estábamos autorizadas a utilizar este ascensor. Era un hombre bastante alto de cabello castaño que parecía de mí misma edad. - Disculpé, usted no puede utilizar este ascensor – le dije con autoridad. - ¿Qué? – me miró incrédulo. - Usted no puede subir a este elevador, solamente las personas que trabajan en el último piso pueden utilizar este elevador. Él me miro por unos segundos, dio unos pasos hacia adelante y pensé que estaba a punto de salir del elevador, pero en vez de eso solamente presiono el botón que llevaba al ultimo piso, que es la oficina de Leonardo. - Caballero tendré que llamar a seguridad si no sale ahora mismo del ascensor – me acerqué a la puerta tratando de buscar a alguien de seguridad. - Veo que tal vez es nueva por aquí – dijo sonriendo de lado y con un tono de voz tranquilo, empezó a buscar algo en su saco y de allí saco su billetera, sacó su identificación y me la mostró. Sentí como toda la cara se me caía de la vergüenza. - Usted es el hermano del señor Spinter – dije sorprendida al terminar de leer que su identificación decía Bradley Spinter. -Así es – dijo antes de que las puertas del ascensor se cerraran. - Disculpé mi actitud, no sabía que usted era su hermano – ni siquiera pude mirarlo a los ojos de lo avergonzada que me sentía con él. - No se preocupe, puedo sentirme aliviado que al menos usted si está haciendo bien su trabajo en esta empresa – me guiño un ojo. Aparte mi vista rápidamente un poco incomoda por lo que acababa de hacer, él simplemente sonrió un poco divertido por la situación. Di unos pasos hacia atrás para apoyar mi espalda contra la pared, lo miré disimuladamente y viéndolo mejor, realmente se parecía a su hermano, ambos compartían casi las mismas facciones, aunque Bradley se ve un poco más joven. Me sentí un poco torpe al recordar que había leído su nombre en algunos documentos de la empresa, ¡Bradley Spinter! El hermano menor de Leonardo, como lo pude haber olvidado. Si antes me sentía torpe por haber arruinado el auto de mi jefe ahora me sentía mil veces peor por casi haber llamado a seguridad para que sacaran a uno de los directores de la empresa. - Después de usted señorita – dijo Bradley haciéndose a un lado cuando las puertas del ascensor se abrieron. - Gracias – salí lo más rápido les ascensor y caminé hacia mi escritorio para dejar mis cosas. -Buenos días, señor Spinter – dijo Carolina al verlo. - Buenos días, Carolina – Bradley se acercó a ella. Ellos dos empezaron a hablar, pero yo no pude escuchar lo que decían porque entre a la oficina de Leonardo para dejar su café sobre el escritorio, empecé a hacer lo que hago habitualmente como encender su computadora y ordenar algunas cosas. - ¿Hace cuanto trabaja para mi hermano? – dijo la voz de Bradley haciendo que yo me sobresaltara asustada. - Hace poco – respondí y él asintió. Él dio una vuelta alrededor de toda la oficina y luego me miro. -Leonardo suele ser un poco anticuado ¿No crees? – me miro con una gran sonrisa – Lleva usando la misma decoración de esta oficina desde que lo nombraron CEO – rio, en ese momento se empezó a acercar a mi – Deberías de recomendarle hacer algunos retoques – me guiño un ojo. Paso de largo de mi y se sentó en la silla de Leonardo. -Que bien, café – dijo dándole un sorbo al café de Leonardo. Mordí mi labio inferior nerviosa, ahora tendría que conseguirle un nuevo café. -El señor Spinter no tardara en venir – dije y él asintió – Tengo que retirarme – caminé hacia la puerta de la oficina. Me senté de nuevo en mi escritorio y suspiré al ver mi café. -Tendré que darle mi café – hice una mueca triste. En ese momento vi como Carolina me hacía señas para que me acercara a donde estaba ella, yo me levante y camine hacia ella. - Lo siento, olvide advertirte – miro hacia la oficina en donde estaba Bradley - Siempre esconde tu café cuando él venga, él y su hermano son unos amantes del café – dijo en voz baja. - Lo sé, me acabo de dar cuenta porque robo el café del señor Spinter y ahora tendré que darle el mío – dije haciendo una cara triste. En ese momento escuchamos como las puertas del elevador se habrían, Carolina empezó a escribir algo rápidamente en su computadora como para disimular de que, si estaba trabajando, yo me acerque a Leonardo cuando él salió del elevador. -Buenos días, hay alguien esperándolo en su oficina – dije haciendo que él se detuviera. - ¿Alguien? – frunció el ceño. - Perdón, su hermano – mordí mi labio inferior. Él levanto ambas cejas con un poco de sorpresa y camino hacia su oficina. -Espera y ve esto – dijo en voz baja Carolina. Ambos miramos atentamente desde la ventana de la oficina, ambos se abrazaron fuertemente y empezaron a bromear. - ¿Ese es nuestro jefe? – dije sorprendida. - Lo sé, resulta difícil de creer ¿Verdad? – dijo riendo. Regresé a mi escritorio y empecé a llenar algunos documentos de Leonardo, unos minutos después mi jefe me llamo por el teléfono que estaba en el escritorio pidiéndome que entrara, deje todo lo que estaba haciendo y entré a la oficina. - ¿Qué se le ofrece señor Spinter? – pregunté. - Cancela mi reunión de la 1:00 pm y pásala para mañana, saldré a almorzar con mi hermano, puedes tomarte ese tiempo para ir a almorzar tú también – dijo Leonardo. - De hecho, tú también podrías acompañarnos – mencionó Bradley. - No quisiera incomodarlos – dije lo más amable que podía sonar. - Para nada – me sonrió – Sería un honor tenerte con nosotros – sonreí un poco nerviosa, miré a Leonardo esperando que dijera que no hacía falta de que yo fuera porque pensé que tal vez quería pasar un tiempo con su hermano, pero no dijo nada, en vez de eso solo me dedico una media sonrisa. - ¿Esta seguro? – le dije a Bradley, aunque realmente miraba a Leonardo dándole una segunda oportunidad para que interviniera por si realmente no quería que yo estuviera allí. - ¿Por qué lo miras a él? – me dijo Bradley. - Bueno es que yo…- empecé a balbucear. ¡Mierda habla bien Olivia! -Pensé que tal vez ustedes dos querrían pasar tiempo a solas, como hermanos – dije jugando con mis dedos nerviosamente detrás de mi espalda. - Creo que sería bueno que nos acompañaras y esta vez no como mi asistente, sino como una invitada de nosotros – hablo esta vez Leonardo.  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD