PARTE II: “El inicio de todas las historias siempre están condenadas a terminar” [...] No pude esconder mi emoción de camino a casa, ni siquiera podía creer que acababa de tocar frente a tantas personas. Esa noche estaba tan distraída contándole a Leonardo lo nerviosa que estaba antes de subir al escenario que ni siquiera me di cuenta cuando había estacionado el auto frente a uno de nuestros restaurantes favoritos, cenamos y celebramos con dos copas de vino. Al día siguiente tal y como de costumbre Leonardo y yo llegamos juntos a la empresa, cuando llegamos a la ultima planta me di cuenta de que había un gran arreglo de flores sobre mi escritorio. - ¿Y esto? – miré a Leonardo quien parecía igual de s