Capítulo III

1825 Words
Me encontraba redactando unos permisos de obras en mi computador, estos serán para algunos de los futuros planes de LampCo. Debo decir que no soy muy buena redactando, suelo distraerme muy fácilmente y cometer muchas fallas ortográficas, por suerte cuento con Rufer, su escritura es impecable. Es un completo amante a la escritura, cuando no tiene mucho trabajo se le puede ver escribiendo poesía en su laptop personal. De vez en cuando me acerco a él para pedirle una mano con la redacción. Las primeras veces me ayudaba muy amablemente, pero poco a poco ha perdido la paciencia conmigo. Quizá fuese más fácil si no necesitara su ayuda diaria -y también si le prestara atención mientras me corrige, no es como que lo haga por ser una rebelde, sino que me distraigo muy fácilmente-. -Sabes, esto de que escribas tan mal solo me indica que debías de sacar 0 en tus trabajos de la secundaria- Dijo Rufer mientras observaba mi monitor, se encontraba a mi lado revisando la redacción. -¡Claro que no!- Inflé mis mejillas e hice un puchero con mis labios. -Es más, mis notas no eran tan malas-. -Tan malas…- Repitió Rufer con clara decepción. -¿Acaso tú eras un estudiante estrella?- Pregunté con ironía. Suspiró, quitó las manos del teclado y dio unos pasos hacia atrás, procedió a estirarse. Él es muy alto, me atrevo a decir que estuvo a punto de tocar la lámpara con sus manos. Envidio su estatura, podría dominar el mundo si midiera lo mismo que él. Puso su mano sobre el espaldar de mi asiento, lo que automáticamente me hizo voltear a observarlo. -¿Crees que no pude ser el mejor estudiante de mi clase? ¿Qué te hace pensar exactamente eso?-. -Yo… no…- Bajé la mirada. Su pregunta fue con un tono muy serio, me hizo sentir intimidada. Nuevamente subí la mirada para comprobar si seguía viendome. Lo estaba. Mantuvimos contacto visual por unos segundos, puedo declarar con certeza que fueron los segundos más largos de mi vida. -Pues no, no fui el mejor estudiante-. Continuó revisando mi documento como si nada, pude apreciar como nacía una pequeña sonrisa de la comisura de su boca. Respiré con normalidad, el “pequeño susto” me hizo aguantar la respiración por mucho tiempo, ni siquiera era consciente de ello. Bajé la mirada al teclado, no me había dado cuenta de cuánto dolía mi cabeza, ni siquiera podía contemplar bien el monitor sin sentir que mi cabeza iba a estallar. Pude apreciar como Rufer se detuvo un momento, pensé que lo hizo porque estaba corrigiendo el documento, pero él solo quería realizarme una pregunta. -Mimi, te observas un poco cansada ¿Por qué no vas a casa?-. -No tiene chiste, solamente queda una hora para irnos- Respondí mientras me mantuve viendo el teclado. -Bueno, el documento ya está listo, puedes pasármelo y yo lo enviaré al correo de Aiden-. Negué con la cabeza mientras movía la mano de un lado a otro con la palma abierta. -Yo puedo enviarlo, no te preocupes-. Rufer retiró sus manos del teclado y volvió a su posición natural, todo el tiempo me estuvo ayudando estando en una mala posición, se encontraba de pie y bastante encorvado, no sé por qué no se le ocurrió traer su silla -o por qué no le ofrecí la mía-. Quizá ambos pensamos que revisar le tomaría unos pocos minutos. -Muchas gracias por ayudarme siempre- -No es nada- Contestó bastante serio, como siempre. Otra vez hubo un pequeño silencio, eso me hace pensar que suele meditar todo lo que dice, o quizá solo no tenga nada más que acotar. -Aunque lleves tres años aquí sigues siendo una novata- Se giró y volvió a su asiento. Debo reconocer que me gustaría ser más hábil en este trabajo, pero quizá no sea lo mío. Cada que le pido ayuda solo puedo sentirme apenada, aunque él jamás me ha negado la ayuda. -Tienes suerte de que tenga paciencia contigo- Añadió desde su asiento. -¿Conmigo?- Volteé hacia donde estaba él. Me sentía muy confundida, no solemos hablar cuando termina de ayudarme. -Sí ¿O me has visto ayudar a Meredith?-. Ella al oír esto volteó a verlo y soltó una pequeña risita. –Sabes que no necesito tu ayuda, cariño, yo también conozco de leyes- Se giró hacia su monitor y continuó con su trabajo. Cómo me desagrada que ambos sean tan sarcásticos, sobre todo él. -Sabes, me he percatado que, al ayudarte el tiempo no se siente tan pesado, como cuando me corresponde ayudar a Sean, en esos momentos el tiempo se siente eterno-. Continuó mi confusión, es muy extraño que le haya nacido expresar eso, pero lo que dijo es cierto. La forma en la que me ayuda no se compara en nada a cuando ayuda a Sean. En ese momento puede apreciarse la otra cara de la moneda. Lo que sucede es que a Sean le gusta mucho molestar a Rufer, lo hace precisamente porque a él no le gustan ese tipo de tratos. A veces le pide ayudas con cosas muy tontas únicamente para sacarlo de sus casillas: -¿Debo colocar este punto aquí?-. -¿Envío este correo ahora o espero a enviarlo un minuto antes de nuestra salida?-. Suele hacer esa clase de preguntas que por supuesto no le simpatizan nada a Rufer. Sin embargo, él no es solamente una víctima de las bromitas de nuestro compañero, de vez en cuando le devuelve una que otra broma muy a su estilo: asustándolo. A pesar de parecer muy distantes, ellos dos parecen tener una relación de hermanos. Estoy segura de que en secreto Rufer siente un gran aprecio hacia Sean. Debía enviar el correo, no podía continuar distrayéndome. Antes de hacerlo, decidí ver la hora, el tiempo se sentía eterno, ya que apenas eran las 4:30 pm. Usualmente, el tiempo se siente como si estuviera estático cuando haces algo que no te gusta, pero hasta hace poco no me había planteado esto. No me sentía como que debía gustarme mi trabajo, lo único que necesitaba era hacer mis labores para obtener dinero por ello y así me sentía a gusto. Sin embargo ahora solo siento un gran vacío. Llevaba muchas horas sentada y tenía un fuerte dolor de cabeza, luego de enviar el correo me levantaré a tomar una pastilla. Agaché mi cabeza, pasé mis manos por mi cabeza y deslicé mis dedos a través de mi cabello, podría parecer una escena bastante interesante excepto que mi cabello al ser ondulado casi siempre tiene pequeños nudos. No pude aliviar mi estrés con un pequeño gesto -además, me dolió un poco al tirar accidentalmente del enredo-. Decidida, volví a darle atención a mi monitor. No podía distraerme otra vez, debo enviar el correo electrónico. Abrí la aplicación de la empresa, algo que el público no sabe es que la interfaz que usan los clientes es totalmente diferente a la que usamos nosotros los empleados. La del cliente es simplemente agradable a la vista y tiene los colores representativos de la empresa, beige y crema. En cambio, la de nosotros es azul y blanco y es muy complicado utilizarla, además de que las letras son muy pequeñas. Puedo confirmar que no sé nada de diseño en general, pero el nuestro está bastante feo. Supongo que quienes realizaron el programa debieron pensar algo como “¿A quién le importa realmente? Solo es una página para trabajar, no un catálogo de productos”. Otra vez distraída, esta vez con el diseño de la página -si fuera más agradable quizá esto no pasaría, un punto menos para LampCo-. Ingreso mi usuario, entro al sistema, el horrible sistema. Entro al apartado de correos, busco el destinatario, “Aiden”. “Buenas tardes, jefe. Espero que su viaje esté siendo fructífero y llene de éxito a nuestra compañía, adjunto al correo el permiso de obras que pidió para el día de hoy. Le deseo un feliz día. Mimi Salotto” Enviado. -¿¡Y bien, Rufer, a que mi redacción es impecable!?- Me giré tan emocionada que el hombre se sobresaltó y me miró bastante sorprendido. -¿Hmm? Déjame ver-. Se acercó a mi escritorio y otra vez se encogió de manera que pudiera estar al nivel de mi monitor. -Está perfecto, suena exactamente como algo que jamás le dirías al jefe-. No sé exactamente como tomarlo, pero si dijo que está perfecto es porque hice un buen trabajo con mi redacción. Rufer volvió a su asiento y yo solo podía pensar en el buen trabajo que realicé redactando el correo, tan emocionada estaba que olvidé que tenía dolor de cabeza, ahora por ello siento como los síntomas vuelven, debería tomarme un pequeño descanso. Decidí levantarme de mi asiento y estirar mis piernas por la oficina y quizá también por el pasillo. En la oficina hay una ventana que da a la calle, nos encontramos en el piso 12 así que puedo contemplar el cielo mejor. Ahora mismo puede apreciarse el atardecer, no sé exactamente qué hora puede ser, tampoco tengo la intención de ver una pantalla ahora mismo. Sin embargo tengo la seguridad de que pronto será la hora de salida de la empresa, en un rato me centraré en recoger mis cosas. Ni siquiera debería de pensar en la hora de salida, debo de disfrutar mi trabajo, ¿Por qué no me siento así? Cuando el jefe se encuentra en la empresa suelo tener demasiado trabajo, no me da tiempo siquiera de tener esta pequeña charla que estoy teniendo conmigo misma y muchísimo menos de dar una pequeña caminata. Es un poco frustrante no tener tiempo de hacer cosas pequeñas, pero igualmente importantes. Ahora mismo estaba dispuesta a despejar mi mente, fui a tomar un café en la cafetera que está en la oficina. Es como una cafetera normal, no puedo decir gran cosa de ello, lo que sí salta a la vista son las cuatro tazas que se encuentran allí. Cada una de ellas nos representa a nosotros, Rufer, Meredith, Sean y yo. Es una historia que vale la pena recordar luego. Ahora mismo estoy muy cansada, solo quiero un café. La máquina hizo lo suyo y me dio un café con nada en especial. Volví a la ventana, el cielo estaba sumido en tonos rojizos, pronto se acercaría el momento de irse. Debo dejar de pensar en la hora de retirada. En todo este tiempo que estuve pensando en mi vida mientras observaba las vistas de la ciudad, pude apreciar cómo el atardecer se apagaba por completo, a diferencia de la incertidumbre que se encendía dentro de mí. No estoy muy segura de si me siento cómoda trabajando en este lugar. Es un pensamiento reciente, por lo que no estoy muy segura de si sea un impulso. Aunque estar cansada no es un impulso. Debo meditarlo más.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD