Capítulo XII

1704 Words
Otro día de oficina. El fin de semana fue bastante largo, me alegra que se haya sentido de esa manera, usualmente no tengo mucho tiempo para disfrutarlo. De vez en cuando es bueno que Rufer cumpla el papel de jefe. Además de hablar con Sean, finalmente terminé de arreglar mi departamento. El búho Owl ya se encuentra exhibido en mi repisa y también se encuentran enmarcadas las "reglas" de las tazas de la oficina. No es el mejor trabajo del mundo, pero creo que se ve bastante tierno. Hice un pequeño marco con paletas de madera y lo pinté con barniz de uñas blanco, lo único que hizo falta fue el cristal para enmarcarlo correctamente. Creo que fue lo mejor que pude hacer -teniendo en cuenta que no tengo habilidad para las manualidades-. En estos momentos desearía tener habilidades decentes de carpintería. En algún momento podría hacerme falta otra vez. ¿Habrá algún curso por aquí? Bueno, ya podré pensar en eso luego. Por ahora sólo queda concentrarme en mi trabajo. Ahora mismo estoy sola en la oficina. No fui consciente del tiempo -pero en el buen sentido- ya que salí de casa quince minutos antes de lo usual. Fui la primera en llegar hoy y se siente genial. A pesar de que la oficina siempre está en silencio, ahora mismo se siente muy pacífico el ambiente. -¡Mimi! primera vez que te veo aquí tan temprano-. Dijo Meredith mientras entraba a la oficina. Mi soledad había finalizado. -Buen día, Meredith-. La saludé -No fui consciente del tiempo y vine más temprano- Comenté. -Parece que vez fuiste distraída para bien- Afirmó -Siempre hay que ver lo bueno de las cosas ¿no?- Añadió con un tono lleno de sarcasmo. Cuando suele hacer esa clase de comentarios no sé que puedo hacer más que asentir y seguirle la corriente. Se encontraba sacando sus cosas de su cartera y esparciéndolas por su escritorio. De vez en cuando suele ambientar la oficina con sus fragancias y hoy fue un día de ellos. Bueno, en realidad no es toda la oficina, sino su escritorio, pero igualmente todo el lugar queda aromatizado. No hay motivos para hacerlo, simplemente le gusta. Y en lo personal a mi no me molesta porque -en mi opinión- su fragancia huele bastante bien. La contraparte de este caso es Sean, realmente odia las fragancias de Meredith. Al inicio solían tener pequeñas discusiones al respecto. Sean solía decir cosas como "mi nariz tiene derecho de oler el verdadero olor de una oficina" pero Meredith no le hacía caso alguno, por lo que hablarlo no llevaba a ningún lado. Solo le quedó acostumbrarse. -Jovencita- Meredith me estaba llamando. -¿Sí?- Contesté. -¿Que tal tu fin de semana?- Preguntó. -Oh, nada interesante. Estuve hablando con Sean- Respondí. -Ese muchacho, sabía que era incapaz de despegarse de ese teléfono-. Cada vez se confirma más que nadie tenía esperanzas de que Sean cumpliera su reto. -¿Te dijo cuando vendrá Aiden?- preguntó. -Aún no hay fecha, pero me dijo que posiblemente vuelvan el miércoles-. Respondí. -Perfecto entonces, aún tenemos unos días sin tanto estrés-. Suspiró y encendió su computador, dispuesta a iniciar a trabajar. -Por cierto, Meredith- Levantó la mirada del monitor, es una suerte no haberla llamado mientras estuviera ensimismada en su computador -¿Qué tal tu fin de semana?-. -Sin dudas no fue bueno-. Respondió con pesadez en su tono. Se acomodó el cabello de una forma muy coqueta, así como ella suele ser, volvió a suspirar y se acomodó en su silla, dispuesta a charlarme acerca de su no tan buen fin de semana. -Supongo que sabes que no pude llevar a mis hijos al cine ¿No?- hizo una pausa esperando mi contestación, respondí asintiendo -bueno, me dijeron exactamente lo mismo que tú- mencionó mientras negaba con su cabeza y cruzaba los brazos. -"Mamá ¿Por qué no vamos al cine con paraguas?", "Mamá, un día en el patio de recreo tragué lluvia y no me enfermé"- añadió con una voz aguda, imitando la voz de sus hijos. -¿Por qué la maestra dejaría a mis hijos en la lluvia?- Dijo con notable molestia en su tono. No mencioné nada acerca de tragar lluvia, pero se entiende su punto. -Bueno, son niños después de todo, sólo estaban jugando- Dije tratando de aligerar el momento. -Quizá en algún recreo comenzó a llover y antes de que la maestra los llamara comenzaron a probar la lluvia- -Además, experimentar con cosas simples como la lluvia es parte del desarrollo de los niños-. Nunca he tenido hijos, pero los niños suelen experimentar con muchas cosas, a largo plazo debe servirles de algo. Sin duda la expresión de Meredith mejoró un poco, quizá era algo en lo que jamás había pensado de esa manera. -Aunque el día que estuvimos hablando de ello me dejó pensando lo que te dije, y entiendo que no hayas querido que tus hijos se mojen con la lluvia, no debe ser una experiencia agradable tanto para ellos como para ti- Finalicé, en ese momento fui demasiado amable al proponerle eso, pero no pensé en otros aspectos importante. -Finalmente estás pensando con la cabeza fría-. Contestó tajante. La conversación se vio interrumpida por la curiosidad que causó el sonido que hace la puerta al abrirse, Rufer había llegado a la oficina. -Lamento la tardanza-. Se disculpó, no es usual que Rufer llegue tarde a la oficina. -¡Buen día Rufer!- Lo saludé con la mano -Buenos días, Mimi- Contestó mientras dejaba su maleta en su escritorio. -Qué raro tú llegando tarde acá ¿te quedaste dormido?- Cuestionó Meredith con picardía. Rufer negó con la cabeza -Estaba comprando comida de gato- Expresó mientras se acomodaba en su escritorio. -¡¿Gato?!- Expresé en un tono bastante alto, lo suficiente como para que ambos se sobresaltaran -¿Tienes un gato?-. -Tres gatos-. -¿Tres gatos? ¡Eso es muy genial Rufer!-. Elogié bastante animada. -Agradezco tu interés- Respondió, espero que mi respuesta lo anime a que podamos ser más cercanos. Rufer ya estaba dispuesto a trabajar, ya había encendido su computador y había acomodado su laptop personal en su escritorio, hasta que se vio interrumpido por Meredith. -Sabes, debo de comentarte que estábamos hablando de mi fin de semana antes de que llegaras-. -¿Las interrumpí?- preguntó apartando su mirada de su monitor y dirigiéndola hacia Meredith. -No, no- Comenté mientras negaba con ambas manos -Meredith, puedes seguir comentándonos acerca de ello. -Sí, lo dije porque también quería incluirte en el tema, Rufer-. Y qué manera de hacerlo... Sin dudas es bastante tosca al expresarse. -Te escucho- Aseguró Rufer, dando paso a que Meredith iniciara la conversación. Entonces ella comenzó a comentar acerca de su fin de semana, dijo exactamente todo lo que mencionó anteriormente cuando estábamos juntas. Además, mencionó que "fue inteligente de mi parte" ponerme de su lado al darme cuenta de que salir con lluvia era mala idea. Tergiversó un poco mis palabras a su manera, así que decidí intervenir. -Soy consciente de que mi idea no fue la mejor, eso es lo que pienso al respecto- Dije un poco apenada. Rufer me vio entendiendo lo que quería decir, él también es consciente de que Meredith suele exagerar un poco las cosas. -¿Saben qué es lo peor de todo? Que uno de mis hijos tiene gripe y no ha salido ¡¿Cómo es posible?!- Veo que Meredith se preocupa mucho por sus hijos, pero es un poco preocupante que suela estar estresada por ello. -Estamos en épocas de lluvia, puede que en algún momento haya entrado alguna bacteria a su organismo-. Comentó Rufer. -Entonces la lluvia sí enferma ¿por qué la última vez me dijiste que no?- Cuestionó Meredith dudando de las palabras del moreno. -La lluvia no enferma, los gérmenes sí- Explicó Rufer. Meredith se veía muy confundida -Explícate por favor- Pidió la mujer, dando paso a la participación de Rufer. -Claro- Contestó. -El agua de lluvia hace que las bacterias del suelo se eleven hacia el aire, lo que permite que puedan entrar a tu cuerpo, así que la lluvia por sí sola no enferma, Meredith- Finalizó. Agradezco que Rufer haya explicado el tema, ya que olvidé por completo investigarlo por mi cuenta. -Pero, Rufer...- Interrumpí -Yo el viernes llegué empapada a mi casa, mi paraguas no pudo contra la lluvia ¿por qué entonces no estoy enferma?-. Pregunté -Tu sistema inmune está bien-. -Oh, gracias por tu respuesta Rufer-. Me alegra mucho que mi cuerpo esté soportando bien la temporada de lluvias. -¿Entonces estás diciendo que mis hijos están mal?- Cuestionó Meredith bastante molesta, no fue un comentario personal pero optó por tomarlo de esa manera. -No, probablemente el sistema inmune de tu hijo al que le dio gripe esté débil-. -¿Y cómo puedo arreglar eso?- Consultó a Rufer. -No soy médico-. Creo que Rufer se cansó de la conversación. Y mejor así, llevamos mucho tiempo hablando y necesitamos concentrarnos en nuestros trabajos. Meredith no se ve satisfecha con el final de la conversación, pero ya habrá momento para continuar hablando. Probablemente Rufer si conozca cómo mejorar un sistema inmune ya que es una persona muy inteligente, pero es bastante evidente que ya quería parar la charla. Además, lo mejor es que Meredith opte por llevar a sus hijos al médico, así sus hijos pueden estar sanos y ella podría sentirse menos estresada por las épocas de lluvia con los tips que pueda brindarle el pediatra. Hoy no tengo mucho trabajo, sólo debo revisar unos documentos que envió Sean. Su presencia hace muchísima falta en la oficina. Oh, algo que creo interesante comentar es que Sean no lleva su taza a su viaje. Bueno ¿Por qué llevarías una taza de viaje? Suena bastante tonto, pero si le comento esto probablemente para el siguiente viaje quiera hacerlo sólo por diversión y para sacarle fotos a su taza. Sería algo realmente divertido de ver. Pero sería muy triste si su taza se partiera en el viaje, adiós taza amarilla de patitos. Creo que la taza está mejor en su hogar, la oficina 12D.
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