Owlrange

Capítulo XX

El departamento de Sean era todo lo contrario a lo que podía imaginar.

Vivía en el segundo piso de un pequeño edificio que se encuentra a media hora de casa, se parecía un poco a mi departamento por lo pequeño que era, pero estaba bastante desorganizado.

-Siento el desorden, Mimi- Se lamentó un Sean bastante preocupado. -Es difícil mantener este lugar ordenado con tantas personas viviendo aquí-.

-Espera ¿vives aquí con alguien más?- Sin dudas eso era nuevo.

-Sí, con mi madre y mis dos hermanos menores, que por cierto ahora mismo no están- comentó mientras le daba una ojeada a toda la habitación -quién sabe a dónde habrán ido a esta hora, quizá salieron al parque, Somi ha estado pidiéndolo por semanas.

-¿Somi?-.

-Oh, es la menor de todos, tiene siete años- Afirmó mientras avanzaba por la habitación. Sólo me limité a asentir.

Estaba parada en la puerta, me sentía un poco nerviosa, quizá ya entiendo por qué Sean estaba así en mi casa.

-Por favor pasa, vamos a mi habitación. Te daré el privilegio de sentarte en mi silla gamer- ¿Es en serio?

Lo seguí por el departamento hasta llegar a su dormitorio. Había una litera, una pequeña biblioteca con libros y juguetes, una computadora y una gran silla.

-Oh, Sean. Gracias por darme el privilegio de sentarme en su gran silla-.

-Silla gamer- corrigió.

-Veo que estás muy orgulloso de ello-.

-¡Por supuesto! Aunque casi no tengo tiempo de estar ahí ya que tengo que trabajar gran parte del día. Quien suele usarla es mi hermano- Comentó mientras se sentaba en la litera de abajo.

Ahora que menciona a su hermano, me da curiosidad saber si él también duerme aquí.

-¿Compartes litera con él?-.

-Acertaste- Dijo mientras guiñaba un ojo.

Sean se veía un poco incómodo, debía encararlo. Durante todo el viaje hasta acá estuvo así, y cada que le comentaba para venir para acá estaba igual.

Me acomodé en la silla, me coloqué lo más firme que pude, necesitaba preparación antes de preguntar.

-Sean-.

-Dime, Mimi-. Preguntó Sean un poco confundido.

-¿Por qué te has sentido tan incómodo aquí? ¿Pasa algo?-.

Silencio. Sean sólo podía verme fijamente.

Cuando apartó la vista decidí intervenir nuevamente.

-Cada que te comentaba para que me llevaras a tu casa te veías muy incómodo ¿Supongo que es por el desorden, no?-.

Silencio nuevamente.

-¿O quizá no te gusta la idea de que venga a tu departamento?-.

-No, Mimi, te juro que no es eso-.

Se rascó la nuca, se veía bastante ansioso de sólo pensar que tendría que darme una explicación.

-No te preocupes por mí, en serio no es nada. Sólo que suelo estresarme por ser un espacio tan pequeño y que haya tanta gente me abruma. También suelen haber pequeñas discusiones, pero supongo que es algo normal en las familias-. Comentó con una sonrisa apagada.

-No quiero abrumarte con esto, Mimi. Tomaré mi uniforme y nos iremos- Dijo mientras se levantaba de la litera, dirigiéndose a su armario.

Creo que era momento de pedirle ser mi roomie.

-Oye, he estado pensando algo, no sé qué opines al respecto-.

-¿Hmm? ¿Qué has pensado?-.

-¿No quisieras... mudarte conmigo?-.

Se veía bastante sorprendido, pero no daba ni una palabra. Cosa que alimentó mi nerviosismo.

-No... Si no quieres está bien. No estoy esperando una respuesta específica, ninguna respuesta es buena o mala ahora mismo- Afirmé tratando de calmar la situación, o mejor dicho, tratando de calmarme a mí misma.

-¿Lo dices en serio? ¿De verdad puedo mudarme contigo?- Preguntó en un tono lleno de emoción.

-Por supuesto-.

Al inicio su silencio me asustó, pero ahora me asusta que esté tomando toda su ropa.

-Oye, con calma por favor, puedes mudarte pausadamente ¡no hay apuro!- Comenté tratando de frenar su emoción. -Pero ¿no te molesta mudarte ahora mismo? es decir, ni siquiera tengo otra cama-.

-No- Contestó de inmediato -Soy feliz en tu sillón, Mimi- Afirmó con una gran sonrisa en su rostro.

Continuaba guardando ropa en un bolso que tenía en su habitación, no me preocupa que se mude conmigo ya que básicamente pasa todas sus tardes conmigo, así que no haría una gran diferencia.

-Bueno, pero luego conseguiremos otra cama ¿está bien? no me gusta que duermas en un sillón-.

-No te preocupes por eso, entiendo que es sólo por ahora-. Afirmó

¿Sean no se estaba precipitando un poco? habían otras cosas que parecía estar olvidando.

-¿Y tu silla gamer? ¿Y tu computador?-.

-Es lo que menos me importa ahora mismo. Créeme cuando te digo que decir eso es muy raro de mi parte-.

Bueno, parece que estaba dispuesto a dejar todo lo material atrás.

Luego de un rato, su bolso estaba repleto de ropa. -Vámonos- Dijo mientras tomaba al pato de peluche entre sus brazos.

Al salir del departamento, Sean se veía más feliz que nunca, hasta caminaba dando saltitos.

Parece que el día estaba saliendo perfecto para él, su día estuvo lleno de sorpresas. Primero recibió un pato de peluche, y ahora una mudanza inesperada.

-Mimi, espero que no te haya asustado mi reacción- Dijo Sean ya un poco más calmado. -No te voy a mentir, me hubiese gustado pedirte mudarme contigo, pero me daba un poco de vergüenza pedírtelo puesto que es tu departamento ¿sabes?- Comentó dando una pequeña sonrisa. -Me alegra mucho que lo hayas pedido ¡Tenemos muy buena química! Estoy seguro que viviremos bien-.

-Sabes, había estado pensando esto porque el trabajo te queda bastante lejos, y sé que es incómodo viajar todos los días un total de dos horas en tren-. Afirmé.

-¿Entonces sólo fue consideración? ¿No te gusta pasar tiempo conmigo?- Dijo Sean a modo de juego mientras se formaba una gran sonrisa en su rostro.

-No, no pienses eso. Me gusta pasar tiempo contigo, tonto-. Respondí también con una sonrisa.

Estuvimos charlando de otras cosas con menos relevancia durante el trayecto. Ambos ya estábamos cansados de haber pasado gran parte del día viajando así que sólo queríamos llegar a casa.

El ambiente de noche en este lado de la ciudad es muy relajante, no hay mucho que pueda escucharse ahora además de uno que otro grillo. Es bastante calmado este lugar, ojalá nuestro trabajo estuviera más cerca.

Estuvimos caminando unos 45 minutos antes de llegar a la estación de tren. A diferencia de nuestro viaje de día, esta vez no tomamos descansos, íbamos tan concentrados hablando que el tiempo pasó de manera veloz ¡hasta el viaje se sintió más corto!

Durante el trayecto en tren hablamos de la cena, acordamos comprar algo en la panadería que está cerca de casa, le pedí a Sean que comprara lo que quisiera ya que yo siempre elijo lo mismo, me gustaría que esta vez me anime a probar algo diferente.

Ya no había mucha diferencia entre el paisaje y el túnel, ya que la ciudad se encontraba oscura gracias a la llegada de la noche.

Ahora mismo tampoco hay tantas personas en el vagón, ya pasamos la última hora pico del día, así que podemos disfrutar de un tren lleno de tranquilidad.

Estoy a punto de quedarme dormida. Sean dijo que podía dormirme, ya que el durmió lo suficiente en el día así que ahora mismo no tenía sueño. Me dijo que él podía estar atento a nuestra estación.

Pero hay un detalle y es que no me gusta dormir en el tren.

Hay personas que duermen en bus o en cualquier tipo de transporte y se despiertan cuando llegan a su destino. Pero yo no tengo la misma suerte ¡Una vez me pasé diez estaciones! Fue una experiencia muy decepcionante.

-Mimi ¿Segura que no quieres dormir?- Preguntó Sean -aún queda media hora de viaje, puedes descansar-.

-No te preocupes, estoy bien- Afirmé mientras mis ojos se cerraban, prefería dormir en casa que hacerlo aquí.

-Señor Pato dice que duermas-.

-¿Señor Pato?-.

-Sí, míralo, dice que duermas-.

-No... No se llama Señor Pato-.

-¿Ah no?- Había despertado su curiosidad, era mi momento de responder su duda -Se llama Qwack-.

-Otro nombre original para pato- Dijo con ironía.

-Lo siento, mi yo pequeña no tenía suficiente imaginación-.

-Y mi yo grande tampoco- Respondió Sean.

Lo siento, Señor Pato, ahora mismo no pienso dormir. No voy a permitir que le sueño me gane.

-Bueno, si no quieres dormir... ¿quisieras hacer algo?-.

-Oh, puedo comentarte qué tal fue la llamada-.

-Vale, adelante, Mimi-. Dijo Sean acercándose un poco más a mí, sin dudas se veía emocionado por escuchar acerca de la llamada.

-Verás, no eres el único que ha estado buscando realizar cambios en su vida, yo también pienso en ello, ya que también me cansa la monotonía-.

-¿A qué te refieres?-.

-Creo que me iré de vacaciones una semana a casa de mis abuelos-.

-¿En serio?-.

-Sí, mi abuela dijo que estaría encantada de recibirme en su casa el tiempo que quisiera quedarme. Pero no puedo estar por siempre allá, también tengo trabajo que hacer- Afirmé, en mi cara se había formado una sonrisa tímida.

-Mimi, es genial que quieras visitar a tus abuelos, sin dudas será algo nuevo en tu vida. Además de mi mudanza, claro-. Añadió junto a una sonrisa pícara. -pero, si tú estás allá ¿tengo que volver a casa?-.

-¿Qué? no, ya te has mudado, Sean. ¿Por qué deberías regresar?-.

En su mente parecía tener sentido lo que acababa de decir, pero al darse cuenta de lo que comentó se sintió bastante avergonzado.

-Lo siento, que distraído fui-.

-No te preocupes, aún no terminas de asimilar que te mudaste, supongo que es normal- Comenté mientras ponía mi mano en su hombro.

-Mimi, gracias por todo-.

-Sueles agradecerme mucho ¿no?- Parecía no haberse percatado de ello hasta ahora. Negó con la cabeza y contestó -Te lo mereces- Contestó.

Hubo una pequeña pausa, era muy tierno ver como Sean de vez en cuando jugaba con el peluche. Consideraré regalarle más en el futuro.

Antes sólo podía concentrarme en el sueño que sentía, pero ahora sólo puedo pensar en el hambre que siento, debería comentarle a Sean al respecto.

-Entonces ¿si compraremos comida en la panadería?-.

-Sí, tengo bastante hambre de hecho, me arrepiento de no haber comprado algo antes de subir al tren- dijo mientras se llevaba las manos al estómago. Parece que pensamos de la misma manera, ya tenemos la primera cosa en consideración antes de aventurarnos en otro viaje.

-Tranquilo, por suerte, cada vez queda menos para llegar a nuestro departamento-.

-Nuestro...-

Bienvenido a casa, Sean. Espero que aquí puedas sentirte bien.