NARRADOR Grecia se siente sola abrumada y no sabe qué hacer, tiene frente a ella al hombre que tantas veces la llevó a la cima del placer y quien es el padre de sus hijos, pero no sabe qué hacer ante su pedido de darle otra oportunidad. —No sé, yo solamente quiero ver a mis bebes —responde Grecia, con lágrimas en los ojos —Nuestros hijos ya están en casa, Gloria e Irene los cuidan bien, pues no podían seguir en el hospital —responde Taddeo, omitiendo a Gabriel, pues Grecia aún no sabe toda la verdad y no sabe cómo pueda reaccionar. —¿Gloria está aquí? —indaga Grecia, feliz, pues, quiere mucho a esa mujer. —Si, ella llamó a Fermín y voló contigo hasta aquí para cuidarte, adora ancestros hijos y cuando le ofrecimos quedarse un tiempo a cuidarlos no se negó —responde, Taddeo. —Es una g

