Último secreto.

No habrá compromiso.

—¿Se fue?

—¡Si señor!

—Kassandra me tiene harto, no puedo entender cómo es tan insufrible.

Sentado en el sillón de su oficina, Alexander revisaba algunos documentos.

—Señor ¿Irá a presentar sus respetos a la familia real?

—¿Por qué tendría que asistir?

—Si no asiste, la opinión pública podría volcarse en su contra y eso traería problemas para su imagen pública.

—¿Desde cuándo me importa la imagen pública?

—Sus negocios aquí se verían afectados.

—Prepara un ramo de flores, haremos acto de presencia.

—Programé la firma de contrato en la universidad para el día de mañana al medio día así podrá retirarse por cuestiones de suma importancia.

—¡Gran idea! Piensas en todo Peter, haces un excelente trabajo.

Alexander se levantó de su sillón puso sus manos en los bolsillos de su elegante pantalón y salió de la oficina.

—¡Ve a descansar Peter! Mañana tendremos un largo día. Tengo el presentimiento que no me podré quitar al lastre de la familia real por un tiempo.

—¡Eso téngalo por seguro señor!

Una vez en su habitación, Alexander pensaba en Sophie, secando su cabello mientras veía la luna brillar por su ventana.

*—Sophie Cleiton, serás la señora Norvig en un futuro cercano.

Kassandra llegaba a palacio bastante furiosa, azotó la puerta de su habitación y arrojó su exclusiva cartera a la cama. Caminaba furiosa de un lado a otro con una mano en la cintura y la otra sujetando la parte trasera de su cuello, un grito furioso salió de su boca para responder al llamado de la puerta.

—¿QUE QUIEREN?

—Señorita, el rey dejó algo para usted.

Abrió la puerta para escuchar a la mucama. La mujer entregó una bolsa de compras y una caja color blanco que llevaba una nota con el sello real.

—El rey y la reina dejaron indicaciones para usted, ellos se quedarán en el lugar donde será la ceremonia de despedida de la princesa Isel.

—Pon las cosas sobre la cama, puedes retirarte.

Al salir la mucama de la habitación, lo primero que tomó fue la nota, una sonrisa maliciosa y llena de satisfacción se hizo presente en su bello rostro.

*Kassandra, es la ropa que usarás mañana en el sepelio de Isel, al ser la única joven heredera de la familia, tu serás la prometida de Alexander y debes lucir como todo un m*****o respetable de la realeza. Por hoy nos quedaremos en la sala de velación no tardes en llegar, pasando el tiempo pertinente daremos a conocer tu compromiso con la familia Norvig.

*— Todo salió de maravilla, mi vida se comienza a acomodar a mi beneficio. Te fuiste en el momento preciso Isel y lo mejor de todo es que jamás sabrán que fui yo quien causó tu muerte.

Revisó la ropa, un vestido elegante y ajustado en color n***o acompañado de un sombrero pequeño del mismo color eran perfectos para lucirse frente a los presentes.

*—¡Mañana comenzará mi plan, para no sólo ser la prometida de Alexander si no también la princesa! Mis tíos me darán el título ahora que mi querida prima Isel salió del mapa.

Al día siguiente por la mañana, Kassandra se vistió, maquilló y peinó su cabello con sumo cuidado.

Al llegar a la sala de velacion se dió cuenta que había bastantes personas importantes en los negocios y la élite de la ciudad pero Alexander no se veía por ningún lado.

—¡Kassandra, lo siento mucho amiga!

—¡Candace!

Las dos chicas se abrazaron, Candace Filt era una estudiante de medicina y amiga de Kassandra por más de cinco años.

—¿Cuando volviste?

—En cuánto me enteré lo que sucedió, decidí venir para apoyarte.

—¡Te agradezco el gesto amiga!

—Debes estar destrozada amiga, Isel y tú siempre fueron muy unidas.

—¡Mucho!

Un par de lágrimas fingidas rodaron por el rostro de la mujer provocando la simpatía de su amiga, la abrazó para darle consuelo.

La personas comenzaron a murmurar cuando Alexander apareció en la entrada del salón, vestido en color gris y con sus gafas oscuras caminaba directo a la familia real acompañado de Peter quien llevaba un ramo de flores blancas.

—¿Ese es Alexander Norvig?

—¿¡Llegó!?

—¿Te sientes mejor? Creo que la presencia de Alexander te levantó el ánimo.

—¡Oh, no es eso! Tenía mucho tiempo sin verlo, apenas volvió al país.

—Ve a saludarlo, aquí espero.

Peter y Alexander se acercaron a la familia real, el asistente colocó el ramo de flores blancas frente a la fotografía de Isel.

—El señor Norvig vino a presentar sus respetos y condolencias.

—Alexander nos debes una explicación del porque te fuiste durante la fiesta de compromiso.

Alexander quitó los anteojos de su rostro, levantando una ceja acompañado de una mueca llena de ironía y desaprobación no dijo ni una sola palabra sólo escuchaba.

—Necesitamos hablar contigo Alexander, es muy importante.

—Tenemos que hablar sobre el compromiso.

—¿Compromiso?

—¡Hola, Alexander!

—Se dan cuenta que, su hija acaba de fallecer y lo único que les interesa es un compromiso inexistente, la ambición puede más que la humanidad en algunas personas. Quiero que quede claro que no hay y nunca hubo un compromiso con mi familia.

—¡Alexander! No nos faltes al respeto, éste no es el lugar ni mucho menos el momento para que hables de ese modo.

—Eso mismo digo, este no es el lugar ni el momento para que piensen en cosas sin sentido. Deberían estar devastados por su pérdida y dando consuelo mutuo.

—¡Alexander!

Kassandra tomó el brazo del hombre antes de que pudiera marcharse, el rey apretaba los puños sin poder hacer nada para evitar el escándalo.

—¡Suéltame! Sabes que odio que me toquen.

—No te vayas, necesito sentirme acompañada estoy muy triste.

—Debo irme Kassandra, tengo que firmar un contrato en la universidad.

—¿Un contrato es más importante que despedirte de mi hija?

—Ya presenté mis condolencias y respetos, si no firmo perderé millones. Recuerden algo, no habrá compromiso con nadie dejen sus fantasías de lado.

El Duque salió de la sala en compañía de su asistente, las personas presentes sólo observaban como uno de los hombres más importantes de la ciudad permaneció un par de minutos y se marchó, Kassandra caminó detrás de él sólo para recibir un rotundo no.