Randy
Había pasado media hora y ella aun no bajaba. Subí las escaleras con cuidado, hasta llegar a mi habitación. La puerta se encontraba entreabierta, la empujé encontrándola cerrando mi maleta.
—¿Está todo bien? —dio un salto ante mi voz.
—Me has matado del susto.
—Aun estas de pie, así que no creo que te haya matado. —Sonreí.
—Tus bromas son pésimas —sonrió poniendo los ojos en blanco.
—No lo creo, porque has sonreído.
—He terminado. —Bajó la maleta de mi cama y la llevó con ella.
—Como caballero te diría que yo la llevaría, pero no me encuentro en condiciones, así que hoy no es tu día.
Se giró sonriendo. —¿Esa es tu forma de coquetear conmigo? —alzó ambas cejas retándome.
Alcé una ceja. —¿Quieres que coquetee contigo? —frunció el ceño e hizo una mueca.
—No. —Pero sus ojos m
