52 Más y más plantas

348 Words

—Es curioso que la yaya nunca me trajera aquí.— Asena me llevó hasta la cabaña que aparecía en el testamento de mi abuela. Lo cierto es que había pasado por delante montones de veces, pero nunca había llamado mi atención. Era como si el plano lo hubiese dibujado yo a los cinco años con el sol en la esquina del papel, y además la naturaleza la estaba devorando. —¿Pero te llevó a buscar hierbas?— asentí y ella sonrió.— Ahora verás. Tiró del pomo de la puerta un par de veces, pero la madera se había dado de sí y resultaba imposible moverla. Me coloqué a su lado para ayudarla, apuesto a que las dos estábamos deseando que los poderes de lobismuller conllevaran superfuerza. Por fin cedió y con un horrible chillido del roce con el suelo, Asena y yo pudimos entrar. Ella encendió la luz de su m

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