Los días se han vuelto rutinarios finalmente, eso era lo que más quería, volver a la rutina de mis días productivos. Andrea sigue un poco mejor, hace una semana termino la quimio y ahora esperamos pacientemente la fecha de sus próximos exámenes, ya con un poco más de fuerza ha vuelto a la oficina, pero aun conservamos a su asistente, así ella puede retirarse temprano a la casa, padre se ha encargado de transportarla, la acompaña en las mañanas hasta la oficina y la espera al atardecer para llevarla a la casa, definitivamente este hombre se gana el cielo, yo se que lo hace por mí, él sabe lo importante que es Andrea y eso se lo agradeceré siempre. Aqua me está robando tiempo y calma. La obra realmente estaba atrasada, pero no era por Marcela, la ingeniera, ni tampoco fueron los maestros,