Llegamos hasta el parqueadero, el camino en dirección hacia el vehículo que siempre llevaba a la obra, yo lo hice hasta el automóvil de papá, un día a la semana debía llevarlo por las restricciones de placa que se implementaron en la ciudad. - Te sigo, solo no vayas muy rápido. - Mencionó un poco alto desde su lugar. - O.K. – Le grité subiéndome al auto. De camino a casa solo podía pensar en el momento que estaba viviendo y no lo creía aún, me daba vueltas en la cabeza, como había llegado hasta aquí. Y, si bien no me sentía estúpidamente avergonzada como antes, si era algo incomodo, ir de camino a casa a presentarle a mis hijas su padre y viceversa, teniendo en cuenta que llevan un par de meses de nacidas y que él hasta el día de hoy, se entera, a ciencia cierta de su ex