Capítulo 7

1918 Words
BENJAMIN – ¿Qué mierda fue eso, hombre? Ryan preguntó, pero mi mirada seguía puesta en la puerta de entrada donde había salido esa pequeña humana atrevida que me volvía loco ¿cómo se atrevía a hablarme de esa forma? ¿a mí? ¿a su alfa? Esa mirada con fuego dentro de ella, esa sonrisa de superioridad, esos labios rellenos que podría morder, ese pecho lleno que deseaba lamer…la castigaría por ser una humana mala, la pondría sobre mis rodillas y luego le azotaría ese culo perfecto y redondo que se burlaba de mí. Sí, debemos enseñarle quién manda, la montaremos hasta el cansancio. Por primera vez en mucho tiempo mi parte lobo y yo estuvimos de acuerdo, no me cansaría hasta dejar ese culo delicioso rojo y luego haría a un lado sus bragas y tocaría ese coñito que seguro estaría mojado para mí. estoy seguro que sería el cielo, me aseguraría de acariciarla y hacer que se corra en mis manos, luego se correría en mi boca, y después sobre mi pene, la llenaría de mi semen y mis bebés pronto estarían en ese vientre. Estaría castigándola toda la noche y luego… – ¿Benja? Mi mirada fue hacia Jade, parpadeé un par de veces para darme cuenta en donde estaba. Y me di cuenta hacia dónde iba el hilo de mis pensamientos. Tan equivocado. Tan fuera del plan. Una angustia tremenda me llenó, no podía desear así a una mujer, una que apostaba ni siquiera tenía su espíritu de lobo con ella, una mestiza, estaba tan equivocado. Mis sentimientos y mis deseos estaban equivocados. Pronto me comprometería con una loba que si era digna, que si tenía los modales que yo necesitaba, la presencia que yo necesitaba, el poder que yo necesitaba. No permitiré que hagas eso, a la única que aceptaré será a mi compañera. Levanté las barreras mentales entre Hades y yo y me centré en Jade quien me miraba con reproche. Sí, me sentí un poco mal, pero es que estaba luchando contra el deseo y el deber que tenía para con mi futura pareja elegida. – Mejor disfrutemos de la fiesta. Y sin decir más escapé de las miradas que la pareja me dio. °°° – ¿Ya te vas? Giré mi cabeza y vi que Ryan me estaba mirando. Toda la fiesta había ido bien, me sorprendía que una persona como Abigail Cooper pudiera ayudar a organizar una fiesta junto a Jade. Es decir, se veía que para nada era de las mujeres a las que estaba acostumbrado. La fiesta fue bien, pero mis pensamientos volaban hacia la pequeña humana, en cada palabra, en cada adorno, en cada cosa que presenciaba mi mente se imaginaba a Abigail a mi lado, tomando mi brazo, yendo y saludando como debía ser una Luna, mi Luna. – Si, estoy cansado y mañana me espera una guerra con la hija de la rebelde. – Sí, con respecto a eso ¿podrías no juzgarla? Mi Jade se siente incomoda con las palabras que le diste. Y seamos sinceros, ella no tiene la culpa del error que cometieron sus padres y…oí que se va a quedar por tiempo indefinido así que es conveniente que se lleven bien ¿no crees? – Y una mierda Ryan, sé que ella no tiene la culpa, pero ella no puede quedarse. Me debe dar el sello e irse de nuestras vidas, muy lejos. – Pero ¿tan mal te cayó? Vamos hombre, no la conoces. – Tú tampoco la conoces. – Exacto, deberíamos darnos el tiempo para conocerla. – No tengo tiempo para ella. – A Jade le cae bien, es su única amiga en este pueblo. – No me importa. – Ben, vamos. No puedes… – Ella no puede quedarse porque hoy me faltó poco para saltar sobre ella y follarla frente a todos. Ella no va a arruinar los planes que tengo para mí y para mi pueblo. Ryan se quedó callado, la confusión estaba presente en su mirada. Uno, dos, tres segundos y el entendimiento lo llenó. Abrió la boca, la cerró y la volvió a abrir. La frustración hizo que revuelva mi cabello, yo no me frustraba porque nunca perdía el control, yo lo tenía todo fuertemente controlado y de pronto llega ella y quiere echar mi mundo patas arriba. No puede ser. – ¿Qué? Ella…Tú…es decir, los dos…mierda. – Debemos adelantar el compromiso con Delilah. Si es posible, casarnos justo después de comprometernos. – Pero Ben, si Abigail es tu pareja destinada ¿no tendrías que reclamarla? Estarías engañándote no solo a ti, sino a ella y también a la diosa que te dio ese regalo. Tu pareja te hace más fuerte ¿recuerdas? Mi cuerpo se tensó y mis ojos se volvieron fríos ¿cómo se atrevía a darme sermones? Justo él, que estaba engañando a su supuesta pareja destinada con una joven loba. – Haré lo que tenga que hacer por el bien de mi plan. Jade ni siquiera pudo llamarme su alfa porque la humana no sabe de nuestra existencia, ella no conocía quién fue en verdad su madre, no conocía a sus abuelos, no conoce las tradiciones, no sabe una mierda. Yo necesito a mi lado a alguien inteligente, alguien que sepa de tradiciones y de cómo tratar a su alfa, necesito a alguien que sepa comportarse en público y claramente ella mostró que no lo sabe, no sabe comportarse, no sabe de nosotros, no sabe nada. Así que mañana a primera hora te comunicarás con la manada de Santa Bárbara y coordinarás una reunión para adelantar la fiesta y la boda. Y ya de paso aprovecha para arreglar tu mierda porque no voy a esperar a que la puta bomba explote en mis narices solo por tu pene alegre. Suficiente tengo con mi mierda, no quiero tener que recoger la tuya. No esperé que me dijera nada, me di la vuelta y subí a mi coche, mis manos temblaban, querían ir a la casa del ex gamma solo para asegurarme que mi pareja destinada estaba a salvo y sola. No, ella no era mi pareja, ella no sería mi Luna. Hades me gruñó en el fondo de mi consciencia, pero lo ignoré. Ignoré ese instinto de ir a reclamarla, ignoré el dolor por su ausencia, el dolor porque ni siquiera la toqué. Apreté el timón y contra todos mis instintos me dirigí a mi casa. El control es poder, el control es poder, el control es poder. Sí, el control era poder y yo tenía que estar en control. Pero ¿y si solo iba a comprobar si estaba bien? No es bueno que una humana joven esté andando sola a estas horas de la noche. Al fin dices algo coherente, vamos a ver a nuestra pareja y reclamémosla. –No podemos reclamarla, Hades. Es humana, la asustaremos. ¿Ahora decidiste dejar de ignorarme? Es humana, pero es nuestra, fue hecha para nosotros, ella entenderá y nos acogerá. –Para los humanos es difícil creer que haya criaturas como nosotros. Demorará mucho y puede que hasta huya del miedo y no la podamos encontrar. Si sale del pueblo nuestro movimiento será limitado. … –Por ahora solo veamos que esté bien y luego podemos pensar en otro plan para mantenerla aquí. … –Escúchame, una cosa es que no la quiera como compañera, incluso que me niegue a reclamarla, pero eso no quiere decir que deje de preocuparme por ella, necesitamos ver que esté a salvo. Es carne fresca y débil ante cualquier rebelde. Un gruñido salió, pero guardé silencio y esperé. Sí, estos últimos meses no había hablado mucho con Hades. Para cualquier alfa o mejor dicho, para cualquier lobo era importante comunicarse y estar en sintonía con su contraparte animal, pero debido a mi decisión de tener una pareja elegida y no esperar a mi pareja destinada Hades se había enojado mucho y reclamaba con garras y dientes. Y yo, bueno, no estaba de humor para soportar su actitud así que lo ignoraba, no le hablaba o en el peor de los casos los encerraba en una barrera mental para calmarlo. Ahora no necesitaba una rebelión por parte de mi contraparte animal, necesitaba calmarlo y luego ver a esa humana atrevida. Lo que le dije a mi lobo era cierto, una cosa era que no la quisiera y otra que no quiera su bienestar. Sinceramente estaba algo preocupado por su llegada ¿por qué justo venía cuando se había avistado a rebeldes en las afueras de mi territorio? Fue una suerte que ella llegara aquí sana y salva. Su olor dulce era también un problema, no solo para mí, sino para otros. Todos los miembros de mi manada tienen un olor que los identifica como míos y eso hace que cualquiera que quiera llegar a ellos retrocedan porque saben que, si los tocan, también me tocan a mí. Esa era la manera de los alfas para proteger a los suyos. El problema era que Abigail no llevaba ningún olor de protección, lo que quería decir que no pertenecía a ninguna manada, lo que hacía que llevara una diana en su linda cabecita. En mi camino a la casa de Abigail pensé en cómo llevar la situación de la mejor manera. No quería reclamarla y nadie podía enterarse porque ella se convertiría en mi debilidad, tampoco quería que se convirtiera en una m*****o de mi manada, pero al mismo tiempo no podía dejarla sin olor de protección. ¿y si la botaba del pueblo? Tal vez si la orillaba a abandonar el pueblo pudiera estar más a salvo en otra ciudad tal vez incluso conocería a otro que la hiciera feliz, pero al pensarlo mi corazón se apretó. No, no soportaría estar lejos de ella y pensar que estuviera con otro. La quería cerca y a mi lado, pero no quería reclamarla porque me impediría tener la pareja elegida que necesitaba. ¿eso me hacía un cabrón? Pues sí, mierda. Miré la casa del antiguo gamma, bajé del auto y me escabullí en silencio hacia la parte de atrás de la casa. Cuando llegué a la parte del jardín, la vi. Agradecí que la puerta que separaba el jardín de la sala fuera una ventana gigante porque podía verla. Ahí estaba, sentada en un sofá que quedaba justo al frente de la ventana leyendo un libro como si no pasara nada fuera de su fortaleza. Se había quitado el maquillaje y juro por la diosa que se veía mucho más joven de lo que en verdad era. Llevaba el cabello morado recogido en un moño improvisado, usaba lo que creía era un pijama, una broma de pijama más bien. Era un polo viejo con tiras que vieron mejores tiempos, uno de los tirantes cayó por su hombro dejando ver esa hermosa piel y dejando ver un escote de muerte, mostrando esas hermosas tetas grandes y suaves. Mi boca salivó y mis manos picaron, deseaba tanto poder averiguar cuán suaves eran, quería morder ese cuello, manchar esa piel suave y blanca con mi marca. El control es poder, el control es poder, el control es poder, el control es poder, el control es poder, el control es poder… Hice acopio de mi fuerza y me fui, si estaba ahí un segundo más estaba seguro que rompería esa ventana y la reclamaría sin importarme nada. Necesitaba pensar, necesitaba poder controlar la situación, controlar mis ansias por ella.
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