Paola y yo, habíamos sido amigas desde el jardín de infancia. Nuestras madres congeniaron muy bien desde el principio y comenzaron a llevarnos juntas a todas partes.
De vez en cuando le pedía a mi madre poder ir a su casa a jugar un rato, de la misma forma, Paola le pedía permiso a su madre para venir a mi casa a jugar.
-De acuerdo, pero lleva también a Freddy que lleva todo el día encerrado. -Paola trataba de convencer a su madre que su hermanito aún estaba pequeño para sus juegos, pero nunca funcionaba.
Así que el pequeño Freddy siempre nos acompañaba en nuestros juegos a pesar de llevarnos cuatro años de diferencia. Me inventaba historias en las que los tres pudiéramos jugar juntos con un papel importante para cada uno.
Y a pesar de eso, siempre terminaban peleándose. A medida que
