Nuestra mañana en la playa fui divertida. Ver a Eric y Hudson llevarse tan bien me quita un peso de encima y me hace saber que tome la decisión correcta de dejarlo entrar a mi vida y a la de mi hijo. Después de un almuerzo frente al mar en uno de los restaurantes locales, Hudson nos llevó a recoger mi coche. Al llegar a casa, mi padre no estaba así que le deje un mensaje. Sonrió al imaginar la cara cuando le dije que tenía la casa para él solo. Me va a matar por insolente, pero es divertido hacerle sonrojar. Y, para ser sincera, Es hora de que él haga su vida. Siempre ha dejado su vida privada a un lado por mí y no es justo. Llegamos al departamento de Hudson y llevo el equipaje de mano de Eric a la habitación de invitados. — Eric — lo llamo cuando no lo veo. Salgo en su búsqueda y

