— ¿Podemos dejar espacio para una estantería con los diferentes dulces? — murmuro a Sam de pie, en medio del espacio abierto que ya tenemos en la fábrica. — De hecho, se vería genial— concuerda con una sonrisa satisfecha. Miro la hora y suspiro. — ¿Qué? — Esta tarde iré a una boda con Hudson y estoy un poco nerviosa. — Pero, ¿No deberías estar preparándote? Parece confundido. — ¡Lo sé! — niego — Solo que, tenía que venir y dejar estas muestras a Víctor y Lili— Sam mira las muestras de algunos colores que ellos deben elegir y otro de acabados. — Yo me iré en una hora — se encoge de hombros. — Ve, dáselos y vete a preparar para tu fiesta. — Ese el problema. Que no sé, si será una fiesta o un caos. — Lo siento — dice con una sonrisa apenada. Pongo mi mano en su brazo. — No te preo

