— ¡Lo lograste! — Lola me abraza cuando entra a mi oficina. Los dueños de la fábrica de dulces, acaban de elegir mi diseño para la renovación del área administrativa de su fábrica. Liliana y Víctor Länder. Son personas muy perfeccionistas y por un momento, dude en poder conseguirlo. — Gracias— digo cuando me alejo— Al fin puedo respirar tranquila. Rodeo el escritorio y guardo mis cosas en el bolso, antes de tomar mi portátil. Ya le he enviado el diseño final a Simón. — ¿Iras a la casa Evans? — Me detengo con el bolso a medio llenar. — Si — digo sin mirarla — Ya solo nos queda terminar la cocina. Pero, para eso necesitamos la estufa. — Va a quedar encantado. Le doy una sonrisa de felicidad. Una que estoy lejos de sentir en este momento Nadie tiene que saber lo que sucede entre Huds

