«Es una tontería, y lo sabes. Vuelve a pensar lo que estás haciendo.» Con esa frase me había despedido Benjamín. —Pensé que sería fácil —dije y suspiré—. ¿En qué estaba pensando? Ahora que no todo era felicidad, había abierto los ojos para analizar minuciosamente mi situación y había concluido que tanto mi madre como Benjamín tenían razón: Yo estaba loca. Reí al pensar en ello. Tenía nueve semanas viviendo con un desconocido, dejando que me mantuviera. Una tontería, sin duda. » Ana —gruñí pretendiendo reprenderme—. Ahg, idiota. Estaba desesperada, esa era mi excusa. Estaba muy desesperada. Hacía cinco años yo no hacía más que trabajar aquí y allá, haciendo cosas que apenas si soportaba. Pero no podía evitarse, ahora que era un adulto, además de licenciada, debía trabajar sí o sí. ¿Q

