Realmente necesito tomar una ducha. El olor de Adam ha impregnado mi piel y eso sólo hace que todo sea más doloroso.
Tardo unos cuarenta minutos en llegar al apartamento de Kim. No llorar en el autobús ha sido toda una hazaña, pero lo he conseguido. He entrado en un estado de cómodo entumecimiento, y ahora todo se siente lejano y distante.
Mecánicamente, introduzco la copia de la llave que Will me sacó hace unos meses, y cuando entro, lo primero que veo es a Kim. Está dormida en el sofá con el móvil en la mano. Se me retuercen las entrañas sólo de pensar en lo preocupada que debía de estar por mí y el remordimiento de conciencia lo invade todo.
El plan no era quedarse en casa de Adam. Ni siquiera se me pasó por la cabeza que él y yo ....
Cierro los ojos para ahuyentar los recuerdos. No
