Estuve trabajando con Slav durante diez días y logramos un éxito real. Tenía su mano derecha completamente recuperada, incluso podía escribir, y su mano izquierda también empezó a revivir un poco, pero aún le faltaba fuerza. Slav empezó a hablar mucho mejor, aunque a veces confundía las palabras. Con los nuevos medicamentos, su cerebro funcionaba mucho mejor, y el masaje y la gimnasia devolvía a los músculos la elasticidad necesaria. Estaba segura de que podría sentarse en la silla en dos semanas.
Ahora, él y yo paseábamos por el centro todos los días y a veces él estaba muy contento por salir al aire fresco. A menudo vi el coche de Svetlana, estacionado cerca por donde paseábamos. Pero no hacia ningún movimiento, se sentaba en el interior del coche y solo nos observaba, atendiendo a mi p
