Cristina dejo la comodidad de su cama antes que el sol saliera, estaba acostumbrada a madrugar y aunque había estado tentada en volver a la cama, no se lo permitió, podía no trabajar durante algunas semanas, pero podía hacer tareas livianas, como preparar el desayuno para Fernando.
—Niña ¿Qué haces tan temprano despierta? —Lupita caminaba a la cocina también
—Quiero preparar el desayuno ¿crees que pueda? —le sonrió para sonsacarla
—No creo que a Fernando le agrade saber que estas tan temprano despierta —Lupita tenía la impresión que Cristina era lo que Fernando necesitaba en su vida
—No tiene por qué saberlo Lupita, por favor quiero hacer algo, necesito hacerlo estoy acostumbrada a estar de un lado a otro, no quiero sentirme inútil
—No me has convencido, pero tampoco seré capaz de
