Sala de Guerra de la Cúpula
¡Vete a la mierda, Davies!
La voz de Anderas Björn resonó en la sala de reuniones de la cúpula mientras el hombre de unos veinticinco años se levantaba furioso. Apretaba los puños mientras trataba de controlarse, respirando con dificultad. Ya era bastante malo tener que regresar a trabajar al ser llamado por la Directora de la Cúpula cuando su licencia estaba aún activa y, más encima, tener que partir a la nación de invierno- Tu me llamaste y yo contesto que no- exclamó caminando de un lado a otro alisándose el cabello con la mano, sus ojos grises eran amenazantes.
- No te habría llamado si no fuera necesario - le dijo la guía de segundo círculo, Victoria Davies. sentada en la cabecera de la mesa con una carpeta con documentos sobre la mesa frente a ella - El grupo de búsqueda la ha perdido varias veces. No podemos arriesgarnos a que tenga una crisis en medio de la nada. No sólo por la gente de Night Wind si no por ella misma. Es una de los nuestros.
- Es un esper renegado - aclaró Björn mirándola.
- Todos somos metahumanos, guía Björn - le dijo con una calma peligrosa que el joven conocía bien mientras le indicaba su uniforme gris plata.
La nueva directora de la Cúpula era una de las guías de segundo círculo más fuertes que conocía y sus años de trabajo en el departamento de investigación la habían hecho muy buena perfilando tanto a Guías como a Espers. Además, sus habilidades estaban al nivel de su compañero, Jasper, uno de los esper nivel S que trabajaban junto a la guía de tercer círculo Allen. Era el único que no se desplomaba cuando ella usaba el toque de guía hasta que la mujer conoció al esper SS, Seth Starlight.
- ¿No puedes enviar a otro, V.? - le preguntó sentándose en la silla de respaldo alto - Aún no estoy listo.
La voz cargada de dolor de Björn hizo que la guía lo mirara con atención. La última vez que lo había visto fue en el funeral de su esper hace un año. Su compañera murió en combate en una misión para el ejército. Como tenía el implante, él se quedó en la cúpula continuando con su trabajo como guía en el hospital de la ciudad donde estaba ubicada la sede central. Era un trabajo que le gustaba y lo hacía sentirse útil al usar las habilidades de guía de segundo círculo para algo más que no fuera el uso militar en para la interrogación de prisioneros o espías.
El joven había abandonado el ejército tres años antes debido al fracaso de una misión donde varios miembros de su escuadrón cayeron en una trampa de insurgentes provocando daños cuantiosos en el convoy y heridos de gravedad. Muchos murieron en el lugar, en sus brazos o a su alrededor y pudo escuchar sus pensamientos y su dolor como si fuera el propio. Escucharlos y sentirlos al tiempo que morían a su lado fue una huella que no podía borrar. Esa era la causa de haber cambiado de trabajo al área infantil del hospital donde los pensamientos de los pequeños pacientes eran más honestos y menos dolorosos como los que recordaba cada noche después de ese incidente.
Su pareja y esper había estado con él desde los quince años al ser emparejados de inmediato, con un 40% de compatibilidad por la IA Selene. Nunca había estado sin una compañera hasta que ella había muerto un año antes. El dolor de la pérdida para un guía era tan intenso como para el esper con el que estaba vinculado por lo que tuvo que mantenerse alejado del trabajo hasta volver a estabilizar su autocontrol y el poder usar las habilidades sin trasmitir el dolor del duelo.
Los guías eran entrenados para canalizar sus habilidades, están enfocadas en estabilización y contención para seres humanos y animales, pero eso implicaba dejar de lado sus propias emociones en pos de apoyar al otro. Debían controlar la intensidad de las emociones negativas como el dolor, tristeza, miedo y ansiedad para que no fluyeran hacia el exterior donde el que estaba siendo contenido y estabilizado ya tenía suficiente de ellas. Después de la muerte de su compañera, Björn no podía detenerlas y permeaban el proceso de acompañamiento, haciéndolo incapaz de guiar.
Davies cruzó las manos sobre la carpeta y suspiró.
- Lamentablemente no - dijo con honestidad - De todos los G2 con habilidades de rastreo, tu eres el mejor. La esper S que se ha fugado ha sido entrenada en análisis de territorio y combate de guerrilla. Ha escapado de los rastreadores varias veces. Pudimos proyectar su ubicación, pero ahora la hemos perdido por completo.
- El grupo que la sigue fue entrenado por mi - le dijo tomando la carpeta que Davies le extendía revisando el contenido con los antecedentes y el perfil psicológico de la esper.
- Por eso tuve que llamarte. - le dijo Davies - Tu gente no pudo atraparla y sé cómo los has entrenado. Si ellos no pudieron, sólo me quedas tú. G2. Llévala al domo de Night Wind y estarás libre para volver a tu licencia.
- Te necesitamos, guía Björn - dijo una voz a su espalda mientras la persona entraba a la sala de reuniones y se sentaba en la otra cabecera de la mesa con los brazos cruzados en el pecho.
- Guía Allen - dijo sorprendido observando a la joven - Me dijeron que estaba en ciudad Delta.
- Acabo de llegar - le dijo sonriendo, mirando a Davies - Aún no me acostumbro que todos estén interesados en mi agenda
- No me atrevería, guía Allen - se adelantó - Sólo me dijeron que estaba en Delta debido a que su esper vive allí.
Anthea soltó una risita.
- Las noticias viajan rápido - le dijo - Seth ha viajado conmigo y, por lo que me dice, puede trabajar desde cualquier lugar. Regresaremos a casa pronto.
- Me alegro guía Allen - dijo educado - Espero poder conocerlo en algún momento.
- Podemos coordinarlo cuando regreses con la esper - le dijo ladeando la cabeza con una sonrisa divertida viendo la mueca de desagrado que hizo.
- Aun no he aceptado, G3 - advirtió el joven.
- Recuerdo que todos los guías tenemos una responsabilidad con los esper renegados - le dijo Anthea levantándose - Eres el mejor entre los rastreadores. Hasta yo sé eso. Necesito tus habilidades - lo miró - ¿Debo solicitarlas como G3 a un G2, guía Björn?
- No - dijo levantándose e inclinando la cabeza como muestra de respeto - Tomaré la misión.
- Selene, regístralo. Respuesta verbal. Su misión y responsabilidad terminarán cuando la entregue en el domo como esper renegada.
- Registrado Guía Allen - dijo la voz.
- Bien hecho - dijo Anthea abriendo la puerta dejando ver a un esper junto a Jasper. Era Seth. - Cuento contigo. Avísame si necesitas a espers de apoyo para asignarlos antes de que partas.
- Iré sólo primero. Con mi equipo - le dijo Björn - Partiré en cuatro horas.
- Eso es maravilloso. - dijo Davies mirando a Jasper - Prepara el transporte para llevarlo a la última zona donde la esper fue avistada.
- En camino. - dijo Jasper sonriendo a su compañera haciendo un gesto a Seth - Vamos. Te mostraré como lo hacemos - El joven asintió sin hablar.
La joven se acercó al esper y puso la mano extendida sobre su pecho.
- ¿Todo bien? - le preguntó el hombre mirando al guía con intensidad quien se movió inquieto. El guía no lo había visto antes en la Cúpula y por su edad, debía estar cerca de su generación.
- Si - le sonrió dejándose rodear por la cintura con un brazo - Te lo presentaré cuando regrese de la misión - los miró - Los ayudaré para tener listo los suministros mientras el guía Björn se prepara. Adelántense. Iré en un momento.
- Nos reuniremos en la plataforma de vuelo en tres horas - dijo el guía viendo a los espers caminar por el pasillo hasta perderse de vista.
Luego se giró hacia las guías con una mirada molesta.
- Me tendiste una trampa, Davies - le dijo - No podía negarme a las órdenes de un G3.
- No sabía que había llegado - reconoció mirando a Anthea - Deben haber venido a saludar después de aterrizar - le sonrió - Aunque fue muy oportuno. Lo reconozco.
- Me debes una, Davies - le dijo mientras salía de la sala de reuniones con cara de pocos amigos.
V. se enderezó para mirar a la joven.
- ¿No se lo dirás? - le preguntó a Anthea.
- Aun no - la miró con resignación - y tu tampoco. Es la única oportunidad para ella.
- No estará feliz de que lo hayas hecho sin su permiso.
- Iba a enterarse cuando Selene lo procesara en cuatro meses - se justificó la joven- tiene menos de treinta años. Iba a volver a entrar a la base para compatibilidad.
- Espero que sepas lo que haces - dijo Davies inquieta - o se volverá un desastre.
- Lo veremos - le dijo con una sonrisa caminando hacia la salida - lo veremos...A veces hay que tener fe y confiar.