Capítulo 2

2062 Words
Amanda/ Sofia. La bata cae al suelo en movimiento casi lento, mi mano de han cerro en puño y me concentro a mirar la gente del local, hace rato me dijo que no quería estar conmigo porque podría tener una enfermedad y ahora está tocándome la piel sin miedo. -Apóyate contra el cristal.-Su voz suena mucho más ronca y el olor a whisky me llega de inmediatamente atontándome un poco, suspiro y me apoyo, no quiero sufrir consecuencias y mucho menos algún maltrato de parte de él. Sus manos toca mis muslo y mis malvas, suben delicadamente hacia mi espalda y aparta el cabello de la peluca y da un beso en uno de mis hombros, suspiro hasta estas sensaciones tan extrañas y me olvido por completo que básicamente es un acto de prostitucion. Su mano se cuela entre mis piernas y suelto un leve gemido de sorpresa, frota suavemente sobre mi tanga antes de hacerla a un lado y tocar mi centro en esos momentos me he olvidado de hasta mi nombre y flaqueo un poco antes de que el me sujete entre sus brazos, su dedo desaparece dentro de mi en un compás suave y tortuoso, levantó mis brazos y le agarró el cabello mientras su boca está pegada a mi cuello, me desconozco no debería estar disfrutando de esto, pero la sensación de hace tan fuerte cuando comienza a entrar sus dedos con más fuerza, puedo sentir su mi*mbr* en mi espalda y me dejo ir hasta semejante sensación, exploto y me dejo caer en sus brazos cuando el orgasmo me alcanza. Me deja un par de besos más y me sienta en el sillón, la cabeza me da vuelta y de repente tengo más color de lo normal, quiero acostarme y dormir plácidamente. Pero la puerta suena de repente y salgo de mi trance. Lo miro muy tranquilo arrecostado al borde de una de las hileras de la cama. Y me levanto de golpe a recoger mi bata. -Yo… se acabo el tiempo lo lamento. No hice el trabajo que tenía que hacer. Yo me tengo que ir.-Asiente mirándome de forma intensa y me pasa a un lado hasta donde se encuentra su maletín. Me coloco la bata y me miro al espejo no quiero que se me note que acaba de sufrir el mejor orgasmo de mi vida. Sonrió al ver que ya son las 4 de la mañana y que puedo ir a recoger mi dinero e irme a casa, era domingo y podia dormir y volver el martes por la noche mi fin de semana estaba por empezar, me doy vuelta para salir por la puerta cuando caigo en cuenta que no se el nombre del dedos maravillosos. Cuando me doy la vuelta lo tengo a mi lado. -Te voy a dar 10 mil dólares.- la boca casi seme cae al piso.- Para que te inscribas a la universidad y tengas para tus gasto. -Yo no puedo aceptar eso.- La puerta vuelve a soñar y grito que ya voy a salir, se que es Margaret y no buscará a seguridad, ya para estas horas sólo piensa en seguir haciendo dinero pero a la vez también se quiere ir a dormir. -Lo aceptarás, me dijiste que nunca habías hecho esto antes cierto.-Asiento lentamente.-Por eso lo aceptaras, no cualquier hombre que te obliguen a estar será generoso, y yo quiero se el primero. Abro la boca y me vuelvo a sentir humillada, próximos hombres, con el favor de Dios el sería el último también. No quiero volver a pasar por esto. -No puedo, no te lo aceptaré, déjame ir porque llamarán a seguridad.- Me coge de la mano y deja las dos pacas de dinero ahí, la puerta suena una vez más y me abro la bata y acomodo los fajos de dinero en medio de mi sostén.- Lo aceptaré porque de verdad lo necesito, y me tengo que ir, ¿como te llamas? -Javadd. Mi nombre es Javadd.- Asiento y abro la puerta de la habitación y Margaret está gritándome en dos idiomas a la vez, me rio y le niego con la cabeza, volteo una última vez y Javadd está tomándose lo que queda de whisky. Comienzo a seguir a Margaret hasta los camerinos. Una vez que entro tomo mi bolso y mi ropa, y entro hasta el baño, me encierro en uno de los cubículos y me cambio a la velocidad de la Luz, envuelvo entre la bata y mi ropa el dinero y lo empujo dentro de la bolsa. Lanzo la peluca en su lugar y dejo el antifaz encima de la mesa donde tengo mis pertenencias, muchas de las chicas celebran el buen día y otras lucen triste y cansadas. Comienzo a desmaquillar mi rostro y quitar el exceso de pintura de mis labios, pero esa era la idea que nadie te reconociera, una vez que termino con mi bolso en el hombro camino hasta la oficina de Diego donde desquitaré mi enojo con él por haber hecho lo que hizo, toco dos veces y me indica que entre, está contando el dinero y tiene varias bolsas negra de basura sobre su escritorio cada uno con un nombre diferente. -¿Por qué? ¿Por qué aceptaste?- le recriminó con cierto dolor. -Era un buen negocio, no sano que me harías crecer un poco más mi cuenta. Así que no estes llorando Sofia, te ganaste una buena comisión por tu trabajo más tus tips del baile. -Por favor prométeme que no ocurrirá otra vez.- Le odio con voz llorosa, no quiero ser una p*ta. -Te lo prometo, pero si el vuelve a aparecer y ofrece lo mismo o más, no tendrás opción. Lo harás, pero sólo si es él, del resto solo seguirás bailando-suspiro y le agradezco, al menos no tendría una lista corriendo bajo él, cogo mi bolsa y me despido, todos le tenían miedo a Diego, pero para mi era como un padre disfuncional, había aceptado tenerme aquí con tal de no verme bailando y manteniendo su distancia, me habia visto crecer pero no podo ayudarme económicamente ya que su esposa me aborrecía después de enterarse que mi mamá y el estuvieron alguna vez juntos. Salgo por la puerta de atrás y con la mano en llave abro la puerta de mi Corolla viejo, lanzo todo al asiento del copiloto y enciendo el auto para dirigirme a mi hogar, la pequeña residencia que estaba a unas 10 cuadras lejos del local. La sensación abrumadora que había en mi pecho era muy grande, no podía dejar de pensar en lo que había ocurrido y en ese hombre. Querida sacarme de la mente toda esta noche pero el dinero a mi lado me lo recordaría siempre. Aunque tengo que admitirlo, acaba de cambiar mi Vida. Estacionó el auto y bajo con mis cosas, la pequeña residencia parecía más bien un motel en malas condiciones, con puertas alineadas y en medio una pequeña redoma con una fuente que hace mucho tiempo dejo de funcionar. Abro la puerta y cierro una vez que entro, todo está hecho un desastre, era un pequeño estudio con una cama en medio y un sofá en la otra esquina, el televisor de 36 pulgadas estaba colgado en la paré y a aún lado estabas cocina y seguido de eso una pequeña lavandería, siguiendo por el mismo camino un baño con closet incluido, si fuera un sitio de lujo amaría ducharme mientras miro mi ropa. Pero esto no era nada atractivo en estas circunstancias. Dejo la bolsa sobre la cama, y recojo toda la ropa sucia para ponerla a lavar, friego los platos y trapeo el suelo, una vez que termino son casi las 7 de la mañana, suspiro cansada y me siento en la cama. Abro la bolsa de dinero y comienzo a contar, era primera vez en mi vida que hacía tanto dinero en una noche, había recolectado 3500 en tips y mi comisión por estar con Javadd, mas los otros que me había dado, lo guardo todo muy bien en una cajita fuerte debajo de mi cama y me dispongo a dormir, esta misma noche seria un nuevo día. Cuando me despierto, el reloj marca las 5 pm. El aire había dejado de funcionar un poco y mi cuerpo estaba caliente, las temperaturas en esta época del año eran más elevadas y el aire de pare se congelaba con el esfuerzo que hacía para enfriar todo el pequeño estudio. Salgo de la cama y ceno algo rápido unos sándwiches de queso y un vaso de leche me llena el estómago, doblo la ropa que lave y me meto a bañar, por alguna razón mi centro estaba ansioso y quería liberarme, pero no tenía tiempo para eso, me pongo lo primero que encuentro y me peino el cabello, necesitaba un par de cosas y el dinero me sobraba en estos momentos, así que decidí sacar una parte de mi dinero e ir a Walmart. Manejo las calle aglomeradas de Miami mientras escucho música, el tráfico era fastidioso incluso siendo las 6 de la tarde, turista en traje de baño caminan por las calles viviendo su mejor vida, otros simplemente caminan de regreso a casa después de un día de trabajo y deseo tener ese estilo de vida, puedo tenerla dentro de 2 meses si me lo propongo, ahorrar lo más que pueda y encontrar un trabajo acuerdo a mi salir de toda esta mie*da. Compro una lámpara, un pequeño escritorio, sábanas, algunas ollas, y comida. Me detengo frente a la parte de electrónicos y miro la computadoras, esto me serviría mucho para estudiar, evalúo el precio y le pido a un chico que me la empaque. Me siento realizada de vuelta a casa, acomodo todo en su sitio y por primera vez siento que mi vida es normal. Javadd/ Malih. Manejo hasta el puerto de Miami con dos maletines llenos de coca, voy a velocidad normal mientras autos me pasan a un lado insultandome por no ir más rápido. Jonathan manejando un taxi me sigue de camino hasta el puerto, dejo el carro estacionado un par de metros y bajo los dos maletines, camino de un lado a otro y me detengo hasta el embarque de yates pequeños, Volteo y miro a Jonathan en un lugar seguro un poco lejos de mi. Pasan 5 minutos hasta que un yate con dos hombre de va deteniendo, los dos están armados y me apuntan les sonrío y ellos mantienen la misma actitud. -Pensé que no llegarían. -¿Trajiste la encomienda?-Asiento, me pide que abra los maletines y lo hago. -Pasó una y ustedes pasan mi dos maletines, saben cómo funciona.-Le lanzo el primer maletín que cae cerca de los pies de los, uno se agacha y revisa que todo está bien. -Pasa el otro.-Ruge el que está de pies apuntándome. Le sonrió y le niego. -Mis maletines por favor.- Los hombres se miran entre sí y comienzan a sacarme de mis casillas, Después de un buen minuto me lanzan el primer maletín lo abro sin despegar la vista y reviso los billetes.-Ahora lanza el segundo, que esperan.-Los hombres se vuelven a mirar y sujetan con más fuerza ellas armas, hago una seña con la mano y un láser rojo apunta a los dos hombres simultáneamente. -Vamos no tengo todo el día. Lo hacemos al mismo tiempo. Lanzamos el maletín al mismo tiempo y los hombres se ponen en marcha, una vez que se han alejado bastante con mis dos maletines en mano camino hasta el taxi de Jonathan. -¿Ese es un láser de luz?-Jonathan se ríe y comienza a conducir.- Cabr*n me dijiste que tenías un arma.-Le reclamo.- Me pudieron a haber fundido a tiros allá fuera. -Pero no pasó Malih, te dije que tenía todo bajo control. -Jodido control, sabes que vamos a comprarnos armas, no podemos estar por la vida sin tener algo con que defendernos. -Claro, yo quiero un Ak-47.- Bufo a escuchar a Jonathan hablar y me digo si el piensa que estamos en una jodida guerra. -¿Un tanque no prefieres? -Tuvieras la plata si no lo hubieses dejado toda en la prostituta de ayer.- Le golpeó el brazo y me rio, menuda cosa he hecho, pero lo volvería hacer. Por esos ojitos lo hiciera una y otra vez.
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