Por Kelly Noto su media sonrisa y su mirada encendida. -Te quiero enseñar todo. Ahora no está hablando de las faenas del campo. Él se endereza y dejamos de estar a la par en cuanto a la altura. Quedamos muy cerca. Yo doy un paso para atrás, pero mi taco se enreda con la alfombra y trastabillé. Debe tener reflejos rápidos, porque me tomó de la cintura y terminé contra su pecho. -Todo, te quiero enseñar todo. Dice con voz ronca y sensual, muy sensual. Su boca se adueñó de la mía. Su beso fue interminable. Yo estaba quieta y temblando, sus besos eran hambrientos y sus manos, se deslizaban por mi cuerpo. Sentí que me agarraba de la cola y me pegaba a él, pero sus manos no se alejaron de mi cola, seguían allí, firmes, para asegurarse que sintiera sus cambios fisiológicos. No sé

