estaba viendo como mi hermana estaba tirada en el piso inconsciente, y Dante le estaba dando patadas y puños a mi mamá, me puse a llorar pero recordé algo.
“Sabes cuantos abortos he causado”
«Con una noticia muy fuerte abortarás»
Debo calmarme, si me altero podre abortar a mis bebes y eso es lo que él quiere, cerré los ojos con fuerza y empecé a respirar, debo calmarme
Luego de que Dante terminara de golpear a mi madre, salí hecho una fiera, mi madre ni mi hermana no reaccionaban, deba tomar calma, no podía darle lo que quería.
—mama. Hermana despierten por favor, despierten.
No se movían, ya estoy asustada, será que las mato, ya había anochecido y no sabía qué hacer.
—mama despierta por favor, lucia mama despierten.
Lágrimas salían de los ojos de Natasha, están desesperadas, pero en un movimiento, brusco, la puerta se abrió.
—AHH.
Ella pegó un grito y vio a tres hombres armados entrando, ella se asustó, pero su cara se relajó, puedo vio la de su esposo.
—Natasha.
Él corrió a abrazarla, ella soltó en llanto cuando lo tuvo cerca.
—Mario, amor, perdóname, no debí salir sola.
—ya todo paso, preciosa, no te preocupes, me alegro de que estés bien.
—Mario, mi mamá y mi hermana, él las mató.
Un hombre de los que estaban armados se acercó, mientras Mario me soltaba las manos y los pies.
—señor, las dos mujeres que están hay tirabas están muy graves, necesitaran un hospital, pero será imposible explicar por qué están así.
—llévenlas a un hospital, eviten que la policía se meta en todo esto.
Cuando me soltó sentí un gran alivio, pero todavía me dolía mucho mis pies y mi barriga.
—Ven amor.
Sin previo aviso, Mario me alzo en brazos, y comenzó a caminar conmigo.
—necesitas descansar y luego necesitamos hablar.
Sabía a lo que refería, quería hablar sobre todo lo que escucho, cosas que yo no le conté, pero en ese tiempo no podía contarle algo así a mi jefe, a un hombre que no conozco.
—lo sé.
Me metí en un carro en la parte trasera y se quedó parado en la puerta.
—si lo encuentran lo matan escucharon.
Le dijo a tres hombres que había cerca de él, ellos asintieron y luego se metió en el carro por la parte del conductor.
—Mario.
—Natasha, descansa por favor.
Estaba serio y tenía el ceño fruncido.
—lo siento si no te lo conté todo.
Agache la cabeza, él condujo me silencio hasta un hotel magnífico de la ciudad.
—el pueblo no queda tan lejos.
Dijo él mientras salía del carro y me abría mi puerta.
—ese no será el pueblo, el pueblo queda a tres horas de la ciudad.
El cerro la puerta y camino yo solo lo seguí, sabía que tenía que enfrentar esto, pero no me gusta su actitud conmigo, me ponía mal, pero es la consecuencia por mentirle en tantas cosas, no le he dicho lo de mi promesa tampoco lo de Salomón y lo peor es que tengo un dolor punzante en mi estómago, constante tengo miedo, pero tenga la esperanza de que no sea nada grave.
Pidió la llave del cuarto y camino hasta el ascenso, yo solo lo seguí, no pronunciamos palabra en el trayecto a la habitación, todo era una penumbra cuando entramos.
Mire para todos lados y había dos maletas en la puerta, camine hasta un sofá que había y me senté.
Él se metió la baño y yo me arrecoste y cerré los ojos, no pude aguantar mucho más, dos lágrimas se deslizaron por mis mejillas, cerré los ojos, no quiero que me encuentre despierta cuando salga del baño, mis ojos perdieron fuerza y me quede dormida completamente.
No sé cuanto tiempo paso, pero me levante de un golpe, ya no estaba en el sofá, sino en la cama, el dolor de mi barriga seguía presente, pero era más fuerte, hay si me pude asustar demasiado.
—Mario
grite lo más duro que pude y el apareció del balcón con la mirada perdida.
—dime.
— me duele mi estómago.
estaba al borde del llanto, pude ver su cara de preocupación antes de darme cuenta, me alzo en brazos, cogió las llaves del carro y salió conmigo.
—desde cuando te duele.
—desde que dante me trajo.
“Mierda” lo escuché maldecir y empezar a correr para dejarme en el asiento de copiloto, entro lo más rápido que pudo y puso en marcha el carro.
—¿dónde queda un hospital?
—para el sur en la 49.
—Natasha, por favor yo no vivo aquí.
—de esta esquena a la derecha.
el hizo lo que le dije, el dolor era constante, me estaba asustando demasiado, puse mi mano en mi barriga y comencé a sobarla para intentar tranquilizarme.
—¿para dónde?
—derecho.
el siguió derecho y no volvió a decir nada, entro por el lado de maternidad y mientras yo caminaba lentamente de un momento a otro aparecieron dos enfermeras en una silla de ruedas me obligaron a sentarme para llevarme a un cuarto donde me harían una ecografía.
Estaba nerviosa y me pusieron el gel frío, la doctora paso el aparato y reviso todos los lados, se veía los dos fetos, hay quietos, pero cuando sentí otra vez el fuerte dolor y cuando eso una mancha negra apareció y cuando desapareció el dolor la mancha desapareció.
—¿qué fue eso doctora?
—eso es que se está intentando producir un aborto.
Me puse rígida si no fuera por mi terqueza, si tan solo no hubiera salido de casa, no estuviera a punto de perder a mis bebes.
—le doy a dar unas pastillas para calmar, pero sea fuerte, está en una línea roja, no se altere, si se altera el aborto se haría efectivo, pero si toma la calma pasará.
Dirigí mi mirada a Mario, que no me miraba a mí, sino a la pantalla, tenía la mano tiesa, estaba tenso.
le tomé la mano y el se sobresaltó, dirigió su mirada a mí.
—lo siento.
lágrimas salieron de mis ojos, claro que no podía estar más tristes, fueron demasiadas noticias para mí.
el acerco su boca y me dio un corto beso en los labios y luego uno en la frente.
—perdóname a mí, por no estar hay, por llegar tarde, por no evitar que esto pasara, pero me siento culpable, por no haber insistido más, por no protegerte, pero te prometo que a partir de ahora te protegeré.
Yo sonreí al escuchar sus palabras, me sentía feliz, pero hay cosas que debo explicar.
Estaba durmiendo veía todo n***o, luego de lo que paso en la noche, me internaron en una habitación a esperar los avances, recibí yo mejor dicho Mario también, recibió un regaño cuando la doctora se fijó que yo no podía viajar en mi historial médico del otro hospital, pero bueno culpa mía no fue culpa de Dante.